8.- Reencuentro

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- No puedo creerlo... -Dice un tanto molesto el capitán- ¡¿Cómo rayos pudo permitir eso?!

- Me pregunté lo mismo por mucho tiempo... -habla con un tono medio triste al recordar el episodio

- ¡Le hubiese pateado el trasero!

- Tonto... -Le causa gracia y luego suspira-... fue difícil...Me costó bastante superar lo de Ace, de todos modos fue mi primer amor... pero..a pesar de eso..-la interrumpe

- ¿Qué?

- A pesar de eso...podría decir que... aún le quiero –Sonríe tristemente

- ¿Estás loca?! ¿Después de lo que te hizo? ¿Y estando con Zoro?!

- Pues... Sí... pero es un querer extraño. Yo amo a Zoro, de eso no cabe duda.. pero..-la interrumpe

- ¡Aaah! – Recuerda algo importante- ¡ARABASTA!

- Jajajajaja... –Se ríe del pelinegro por su reacción- ..Sí, Arabasta

- Habla, habla, habla

- No entiendo cómo puede seguir durmiendo con lo que gritas –Se refiere a su hijo

- ¿Lo despierto? Si mal no recuerdo debería ser por aquí –se rasca la cabeza

- No hablaré de esto si Yuuji está despierto, bobo

- Pero él sabe dónde era el lugar

- ¡¿Y acaso tú no?!

- Tengo hambre –le ruge el estómago

- ¿M-mamá? –pregunta adormilado

- ¿Mi vida, te ha despertado Luffy? –Le sonríe esperando que no haya escuchado nada de su conversación

- No... -Dice aún con los ojos cerrados y le ruge el estómago-... Tengo hambre

- Yo también, pero no nos dejará comer hasta que lleguemos al lugar, ¿recuerdas donde era? –Le pregunta el pelinegro

- Hmm...-Le da pereza abrir los ojos pero lo hace con un gran esfuerzo, se limpia la baba y se refriega los ojos- Ahí hay que doblar a la derecha –señala con el dedo- Se supone que ibas a marcar esa roca, Luffy –le da un pequeño golpe en la cabeza a su capitán

- Es verdad –Se le había olvidado por completo

- Abajo –demanda el pequeño y Luffy lo baja- gracias... Mamá, comida –la arrastra de la mano hasta el lugar del que habían hablado

- Vaya –dice asombrada- Era cierto

- Claro que era cierto, ¿qué creías? –dice su hijo cruzándose de brazos- ahora... -lo interrumpe

- Sí.. ya sé, ya sé... Comida –Saca dos bentos, uno para cada tonto- Tomen... mientras comen yo haré lo mío



Luego de que terminaran de comer, los muchachos se quedaron jugando mientras que Nami hacía sus anotaciones. Al rato, ya con todo lo necesario escrito, la pelirroja les pregunta si quieren ir al pueblo ya que, desde su catalejo, se podía apreciar que el lugar era bastante moderno y además le había parecido ver a algunos de sus nakamas ahí.



- ¡Claro que vamos! –Dice el capitán

- De seguro habrá comida nueva –Dice babeando el niño

- Bien, vamos antes de que caiga la noche. Hay un camino por allá –Señala un lugar

Resistance: NamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora