Escena #7 "Fuego y gasolina"

6.7K 809 183
                                    

──Devin, vamos, no tengas miedo, tanto que me decías en los mensajes y las notas, recuerdas, pervertido, y ahora te echas atrás. Vamos, todo estará bien ──Mencionaba Alexis en lo que dejaba un beso en mi mejilla.

Habían pasado dos semanas, y nuestra relación no había cambiado en nada, seguíamos siendo los mejores amigos, obviamente ahora siendo más tiernos y cariñosos porque también nos hallábamos ahora en una relación de pareja. Alexis era por completo un enfermo sexual, y finalmente, el día de hoy había accedido a sus molestas peticiones de querer tener sexo. Por un lado estaba aterrado, y por el otro me daba curiosidad de lo que podía llegar a sentir, tengo algo de miedo, pero quiero hacerlo con él.

──No me molestes, idiota ──me hallaba sentado en sus piernas, nos encontrábamos en su habitación a oscuras, sólo con la luz de la luna entrando por la abertura entre las cortinas de la ventana.

Estábamos desnudos, y ya me había preparado con mucho cuidado para no lastimarme. Tenía el preservativo puesto, se había untado un poco de lubricante en su miembro al igual que lo había hecho suavemente en mi entrada, pero seguía estando muy nervioso.

──Lo haré con cuidado, sólo respira, puedes arañarme si quieres ──rió.

Sentí algo que se adentraba a esa parte tan privada de mi cuerpo, entró al principio con dificultad, pero luego avanzó hasta casi tocar fondo. Solté varios gemidos, era vergonzoso, pero no lo podía evitar. Me sentía como si me fuese a correr, era una sensación nueva que jamás había experimentado, era incómodo al principio, pero me gustaba, era algo sumamente excitante.

──¿Cómo te sientes? ──me preguntó Alexis. Sus ojos me miraban con deseo y se le notaba algo preocupado. Me sentía especial, se preocupa por mí, y eso me gusta.

──E-estoy bien ──acerqué mi boca hacia sus labios rojos y carnosos, los mordí y luego les di unas suaves caricias.

Colocó sus manos por sobre mi trasero, y empezó a impulsar mis caderas para que tomase ritmo. Empecé a tomar el ritmo de sus movimientos, me impulsaba de arriba abajo en lo que me penetraba con su palpitante virilidad. Me sentía extasiado, cada estocada se sentía mejor que la anterior, cada una era más y más profunda, empezaba a sentir cómo tocaba algo dentro de mí que me hacía perder la cabeza.

Enrollé mis brazos en su cuello, y atrapé sus labios una vez más. Alexis empezó a impulsar su cadera para que la penetración fuese salvaje y excitante. No sabía cuánto podría aguantar, estaba tan caliente, el contacto de mi piel con la de él me quemaba, se sentía muy ardiente, su miembro me provocaba las mejores sensaciones que había sentido en mi vida.

──No puedo más... A-alexis ──gemí, me estaba quedando sin energía, estaba llegando a mi punto límite.

──Vente, Devin, yo te doy el permiso ──sus mechones se pegaban a su frente, estaba sudando como nunca lo había visto, además de que estaba rojo como tomate. Muy de seguro yo me encontraba de la misma forma.

No pude aguantar más, habían pasado ya varios minutos desde que empezamos, el suave roce que el abdomen de Alexis lograba cuando mi miembro le tocaba, me hizo perder todo el aguante que me quedaba. Me vine con toda la vergüenza del mundo, logrando que le salpicase un poco en su pecho. Bastaron sólo dos estocadas para que Alexis se viniese también.

Los dos quedamos muy agitados, sudábamos en exceso, y teníamos demasiado calor. Nos quedamos reposando por un par de minutos. Luego nos fuimos a limpiar los restos del acto, y terminamos dándonos una ducha con agua fría para bajarnos la calentura. Para dormir, me prestó una de sus pijamas, nuestras contexturas eran parecidas, así que el short y la camisa que me dio me quedaron de maravilla.

Me sentía bien, no me dolía como lo pensé, era una sensación extraña, pero no dolorosa, era casi como un cosquilleo, pero no era molesto. Me recosté junto a su cuerpo en la cama, no era muy grande, pero al menos podíamos estar los dos más cerca, el uno del otro.

──Alexis ──le llamé.

──¿Qué pasa?... ¿Duele? ──su mano me acarició el cabello con delicadeza. Era lindo cuando tenía esos mimos conmigo.

──No.... No es eso, sólo quería decirte gracias ──comenté.

──¿Gracias por darte la mejor cogida del mundo? ──se burló. Algunas veces me daba ganas de darle una tunda por tarado.

──No, imbécil... Gracias por estar conmigo ──le golpeé en su pecho con algo de enojo. Le abracé, ocultando mi cabeza en su pecho.

──No hay de qué, soy feliz contigo, Devin ──su brazo se colocó en mi espalda y me acarició. Me sentía sumamente agotado, pero además, me sentía muy feliz, me sentía querido, me sentía completo... Alexis me completaba.








































GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR.

CIAO

Palabras Orgásmicas (E#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora