Cuando lo vi por vez primera, causó el impacto de una mosca, siquiera notable, un mundano común. Pero, vaya sorpresa que me lleve cuando pasó el tiempo, sucedió lo imaginable, ese insecto se volvió mi razón de soñar, me contaba sus teorías sin comprobación o experimento alguna, eran matemáticamente imposibles de comprobar, sus sueños más altos que estrellas, sin llegar a pensar ni a planearlo, se acercó más y más en mi vacía galaxia. Un cascarón vacío empezaba a llenarse de esa persona, de sus sueños, de sus pláticas, de sus risas, e incluso de sus boberías. Con tan solo ver el iris de sus ojos, mi mandíbula y boca se conjuntaban para formar la sonrisa más estúpida que alguien pudiese ver, sus manos más aterradoras que hermosas, me abrazaban y con ello complementaban mi roto corazón, solo quería calma, y cariño: Haz logrado hacer un desastre con mi vida, pero a pesar de ello, me agradaba, tu eres la única persona que me ha hecho desear cosas imposibles.
En este caso un imposible era el... Ya no quedaba más que resignarme a ser sólo amigos.
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Quizá estoy cayendo por ti.
RomanceEl abismo llamado amor había llegado a la ruta de mi vida...