La fuerza del destino ya había hecho otra jugada, ¿verdad?
Pero me gustaría etiquetarlo así, para mi misma. Un día como cualquiera, en uno de lo movimiento rotatorios continuos del mundo, dos personas vuelven a salir, cuando ya una vez sus labios hicieron conexión. La noche inolvidable, pintaba algo así:
Tomo tu mano, la lluvia comienza a caer sobre nosotros, puede que este fría pero gracias al calor de tu abrazo me es difícil sentirlo, un beso en la mejilla llena mi corazón. Seguimos el camino tomados de la mano, tus latidos al ritmo de los míos, frente a nosotros una orquesta, la tensión de aquellos músicos a punto de dar una de las mejores noches. Vuelvo a tomar tu mano, el calor sigue latente, la música nos llena en alma y cuerpo, ambos hemos estado esperando este momento por un gran tiempo. Me tomas el rostro, miras fijamente hacia mis pupilas, el corazón se acelera, un pequeño movimiento de tu mano acariciando mi mejilla estremece los sentidos, la luna ya había caído, era una luna tan brillante que deslumbraba a las estrellas haciéndolas perder el sentido al igual que el tiempo en que estamos, se detiene todo. La música suena, esto es no es más que una escena viviente de esas películas que suelo ver cuando nadie me ve, el final perfecto de la escena, un beso entregando todos los sentimientos al ritmo de las estrellas y la música.
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Quizá estoy cayendo por ti.
RomanceEl abismo llamado amor había llegado a la ruta de mi vida...