6- Charlie

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Quedé helada por un instante. Sentí una inmensa desepción hacia mi papá, fue horrible. 

- ¿cómo pudiste? Canalla. 

- Hija, no es lo que parece. -papá

-No, claro que no. ¿qué me vas a decir? ¿es una amiga? . Decirme eso sería tan convincente ya que los amigos acostumbran estar en pelotas en una habitación. 

- Porfavor, no le cuentes a Annie. -Papá

- Callate. Esto ya es demasiado. Mamá no te merece.

Me puse nerviosa, sin darme cuenta había tomado un florero de esa habitación y lo lancé brutalmente hacia la mujer que estaba con mi papá. Comienza a sangrarle levemente la frente.

-Pudranse los dos.

Cierro la puerta de un portaso y salgo corriendo. En eso noto que ese grupito mafioso ya había salido de la misteriosa habitación. Entonces intento entrar cuidadosamente.

Por lo que veo no hay rastro de que alguien haya salido herido; el rompecabezas falso fue recibido.

Me pregunto que frase formará el original. Aún faltaba una palabra. ¿donde estará? Todo es muy extraño. 

Es un día de mierda, no se como podré mirar a la cara a mi mamá, no se si decirle o callar.

Estoy por salir de este escalofriante piso cuando de repente un tipo horrendo se me acerca.

- Hola bonita, ¿por qué estas tan solita? 

- Alejese viejo mugroso.

- Tratame bien muñequita, no quisieras verme enojado.

- Mantené distacia de mí viejo.

- Más respeto estúpida.

Me toma fuertemente de la muñeca.

- Soltame, me duele!

- Sos muy bonita, ¿no te gustaría venir conmigo...

Coloca una mano cerca de mis senos

-Alejese porfavor, yo no le hice nada.

- Dale bonita, podemos ir a mi  habitación..

-Soltame!

comienzo a gritar, pero nadie parece escucharme. El viejo tiene fuerza, prácticamente me está arrastrando a su habitación. Mi corazón se acelera.

-Por favor! no me siento bien, dejeme ir.

- La vamos a pasar bien linda.

Comienzo a desistir. Unas frías y pesadas lagrimas caen de mi rostro. Como quisiera morir.

De repente un chico a lo lejos ve la situación y corre hacia nosotros. El viejo se apura para poder meterme a esa habitación antes. Pero para mi suerte el chico evita que eso pase y golpea brutalmente al viejo sucio, lo noquea. Halzo la mirada para ver a ese chico. Era el morocho sexy. Aquel mafioso que había salvado con mi rompecabezas falso ahora me había salvado a mí.

El morocho me toma de la cintura y acaricia mis mejillas para secar mis lagrimas.

- ¿Estás bien? 

- Sí, gracias a vos.

- No fue nada, no tenes que estar acá. No es seguro.

- ¿por qué lo decis? es un piso como cualquier otro.

- No.

-¿no? ¿por qué?

- Bueno, sí, dejá. Es solo un piso.

LIMERENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora