7: La promesa

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-Tobias, realmente no sé lo que me pasa. De repente esta atracción sexual que estoy empezando a tener por los chicos me está matando. No lo comprendo, nada - digo.

-A veces, no hay que entender, solo hace falta la locura - dice Tobias.

Miro a Tobias que me devuelve la mirada, una mirada esperanzadora.

-¿Te gusto verdad? - le pregunto.

-Sí, mucho. Eres muy guapo, Bruno.

-Eso es mentira - respondo. - Soy del montón.

-Te mientes a ti mismo - me dice.

-Si mentir significa decir la verdad - respondo con aire de que no quiero seguir hablando.

-¿Qué te ha llevado a sentir tantos complejos? - me pregunta.

-¿Qué complejos? - pregunto con cara de asco.

-No te gusta enseñar tus brazos ni tus piernas por eso siempre llevas camisetas de manga larga y vaqueros cortos.

Jaque mate. Se ha dado cuenta. Solo Ittara se había dado cuenta de que tengo este complejo. Y todo empezó desde pequeño. Se metían conmigo por sacar siempre mejores notas y me insultaban con todas y cada una de mis imperfecciones, mis ánimos cayeron por los suelos igual que mi autoestima.  

-No se, me gusta ir así, de la otra manera me siento como desnudo, que todo el mundo se fija en mí - respondo así. - Cambiando de tema, ¿tus padres saben que eres homosexual?

-No - dice él.-

 La filosofía de mi familia es que te gusta lo que te gusta, igual que un hetero no tiene que decir a sus padres que es hetero, un gay no tiene que decir a sus padres que es gay.

Me sorprende la respuesta. Tiene una familia muy liberal y él empieza un nuevo tema con:

-¿Sabes qué no puedes huir de que seas bisexual? No tiene nada malo serlo. Tiene a un mundo entero que elegir y más posibilidades de ligar en una discoteca. Tiene puntos malos, no te lo voy a negar yo pero Bruno, no huyas de esto, te va a costar caro al final. Cuéntaselo a Sarah, eso os unirá más como pareja y solucionareis ese desastre que hay ahora.

-Lo haré pero si me prometes una cosa.

-¿El qué? - pregunta.

-Olvida el beso.

-Un precio caro has puesto. Muy caro. Lo olvido con una condición: quiero otro.

-¿QUÉ? - grito.

-Sí, te servirá. Experimentarás y si te gusta lo tendrás caro.

Me hace dudar. ¿Debo aceptar esto? Sin poder pensarlo demasiado digo:

-Trato hecho.

Pienso unos instantes en lo que he dicho y no me lo creo.

Salimos de la cafetería, después de pagar. Íbamos por un pasillo del cine que no había nadie y de repente, me besa. No entiendo el porqué pero le abrazo y le aprieto contra mi. Duró poco... O por lo menos  me supo a  poco.

LÍO SENTIMENTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora