12: Desdichas por doquier

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Bruno

'Estoy confuso,

Por más que lo intento,

Vuelvo a la duda'

La luz del sol baila en mi cara, me muevo por sombras y salgo otra vez a la luz. El médico me ha dicho que tengo que impedir que la luz me de para no sufrir mareos. Mi padre está a punto de llegar a recogerme y me siento extraño. Mis padres se han enterado de todo. En el hospital no me han querido decir nada así que no sé si cuando me monte en el coche me dirán algo.

Nunca lo he comentado pero mis padres son muy conservadores, chico con chica, chico con coches, chicas con muñecas... No me siento orgulloso de que sean así. Es más, me da hasta asco que tengan ese tipo de pensamientos. Hemos evolucionado. Hemos cambiado de pensamientos. 

En mi móvil, tengo un montón de mensajes de Tobias:

-¡HEY :D!

-¿Cómo estás?

-Tenemos que quedar. 

-Cuando te encuentres mejor me avisas.

-Bruno, necesito  verte.

-Bruno, no soy nadie sin ti.

-Lo he pasado muy mal.

-Bruno, por favor contesta.

Paso de contestar. Estoy harto de todos los mensajes de él.  

Observo el coche de mi padre hasta que llega a lado mía. Es un Ford azul descapotable. Cuando me monto, me encuentro con esos ojos marrones serios que parecen que no tienen sentimientos. 

-Hola - digo sin muchos ánimos.

-Hola - me contesta.- ¿Y mamá?

-Está en el kiosko al lado del hospital comprando una revista. Me ha dicho que pasemos a recogerla.

-Vale.

El viaje hasta el kiosko transcurre con normalidad. Pongo la radio al volumen al máximo cuando ponen la radio: 'Shape of you.' Me encanta esa canción.

Cuando llegamos al kiosko, mi madre se monta y me mira con esos ojos verdes que transmiten demasiada energía.

-¡Hola, cariño! ¿Te has mareado al salir? Siento no haberte acompañado hasta el coche, de verdad pero veía que la revista se iba a agotar y tenía razón... ¡ERA LA ÚNICA QUE QUEDABA!

-No, no me he mareado pero me siento extraño.

Mi madre asiente. Cuando se monta mi madre, empieza el espectáculo.

-¿Qué hacías besándote con un chico? - me pregunta mi padre con tono de inferioridad.- ¿Sabes qué esos es de enfermos? Dios ha creado al hombre y la mujer para que se casen entre ellos. En el fondo, lo que ha hecho Sarah está bien. Haber si se te quite la tontería.

-No sé que decir...

-¿¡ERES UN PUTO MARICÓN DE MIERDA?! - me grita mi madre.- ¡LOS GAYS SON ANORMALES! ES QUE NO ENTIENDO ESTO DE VERDAD. UN CHICO SE CASA CON CHICA. TIENEN HIJOS Y SON FELICES. UN CHICO Y UN CHICO NO PUEDEN TENER HIJOS NI UNA CHICA CON UNA CHICA. ¿SABES POR QUÉ? PORQUE DIOS NO QUIERE A MARICONES DE MIERDA EN SU MUNDO.

Estoy muy asustado y con ganas de llorar. No me siento bien. Quiero llorar. Se me empiezan a caer lágrimas. Saco el móvil mientras que mi padre me dice más verdades de la homosexualidad.  Saco el móvil y bloqueo a Tobias. Debo olvidarme de él... De sus labios... De sus ojos... 

Cuando llego a casa, corro a mi habitación y me encierro en ella mientras lloro.


Ittara

'Los insultos se clavan en mí,

A mil se rompen en mí,

Tengo heridas en mí,

Que nadie puede curar por mí'

Cuando me despierto, estoy atada a la cama con unas cuerdas. Me miro y estoy desnuda. No, no, no puede ser. Tengo un montón de moratones y mi cabeza no para de dar vueltas. Escucho ruidos en la casa... Un hombre entra... Me suena su rostro... Es Mateo, creo. Me pega una bofetada que hace que me choque con el cabezal de la cama.

-Mira niña, he llamado a tus padres y les he dicho que te has ido con unos amigos y conmigo de campamento. Han aceptado. Como estáis de vacaciones en el instituto... Además llevaba dinero en la cartera de sobra... - me enseña unos billetes - Pero ahora el dinero es mío.

Escucho unos insultos más y me vuelvo a dormir.


No sé cuánto ha pasado pero cuándo me levanto, veo una nota de Mateo en el otro lado:

-Me he ido a comprar. Si vuelvo y no estás te pego una paliza de verdad.

Miro mi cuerpo desnudo y tengo sangre. Veo en el otro lado de la cama un cuchillo. ¿Podré cortas las cuerdas? Intento coger el cuchillo con el pie y funciona. Intento que el pie llegue a la boca pero no puedo, así que lanzo el cuchillo y se me clava en el labio tanto que me traviesa. Lo noto en mi boca. Grito. Me muevo y muerdo la cuerda hasta que la meto en la boca. No sé como pero consigo cortar la cuerda. Muevo la mano y toco el mango del cuchillo y tiro de él hasta fuera. Un dolor inmenso recorre mi cara junto a una gran cantidad de sangre. Corto el resto de las cuerdas. Me visto corriendo, cojo el móvil y salgo de la casa. ¡SE ME HA OLVIDADO LAVARME LA CARA DE LA SANGRE!

Miro mi ropa. Es de verano. Se me ven todas las rajas y moratones. Corro hacia una estación de taxis que hay cerca. Entro a uno y pido que me lleve a la casa de Bruno. 

Cuando me bajo en su piso y le pago al taxista, no está en casa. Le mando un mensaje pero no contesta. A lo mejor está por ahí, son las ocho. Me asusto mucho. Pillo otro taxi de casualidad y pido que me lleve a mi casa.

Pago al taxista y me bajo en mi casa... Llamo a la puerta.


Mike

'Nunca quise terminar así,

Ha sido todo un accidente,

Nunca debería haber entrado allí'

Me ha pagado dinero suficiente por lo que me ha hecho pagar. Solo debo una deuda de ocho mil euros por lo que creo que no tardaré mucho en conseguirlo.

Me duelen todos los músculos y aquel hombre me sonríe... Esta recorriendo mi cuerpo con su mano... 

-Mira, chico... Me has encantado, eres perfecto. Te voy a contratar como principal.


LÍO SENTIMENTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora