Cuando los recuerdos se pierden, la personalidad y forma de ser cambia, a más dulce y tierna o malvada y altanera. En Kagome, fue en ambos bandos siendo dulce y amable con su hija mientras que en el trabajo era malvada y déspota. Eso era en si lo que la impulso a llegar alto en su vida, y lo que sin duda llamo la atención de Sesshomaru en primer lugar, si bien el no la reconoció al instante cuando sintió su fragancia todo se volvió claro.
Kagome tenia los habilidades de una sacerdotisa, lo que para ella era herencia del templo de su familia pero no entendía como había ella alcanzado poderes propios de un youkai, si su sangre era humana y como su hija los demostraba a gozo de detalle.
Al final, ella pensó que el padre de ella sin duda era un youkai y le heredo a ella sus fuerzas, aunque no lograba entender el porque la abandono, siendo esta pregunta contestada con otras dudas. Después de todo ella era una sacerdotisa, quizás era demigrante tenerla de pareja y anormal. Eso ya no le producía ni una gota de sufrimiento, ni siquiera un leve dolor pero si un poco de remordimiento por su hija.
Ahora, en cambio Sesshomaru era mas altanero y malo que antes, pero también un ser mas sensible y se notaba al cuidar aun de los descendientes de Rin. Que al ser humana hace mucho que había partido, el comprendía lo efímera de la vida y por eso su trato con humanos era mínimo para no desarrollar compasión hacia ellos, y poder seguir odiándolos en secreto. Pero tenia que trabajar con ellos, vivir cerca de ellos y relacionarse con ellos lo que complicaba más las cosas. Su vida había sido larga, bueno el sabia que lo seria, pero era una sucesión del mismo sentimiento reprimido de amor, odio y tristeza lo que la volvía mas desgraciada. Pero ahora tenia un sentido, el de la venganza y el lo cumpliría aunque sabia que esto lo destruirá a el también.
El tiempo es relativo o eso dicen, pero si lo fuera el corazón de una persona puede cambiar. Kagome, empezó a trabajar en una empresa a los 18 años, cuando se entero de el embarazo que tenia, su madre nunca le contó quien era el padre y ella sabiendo la sabiduría que esta tenia nunca volvió a preguntar, aunque fuera algo demasiado personal para ella. Y así continuo su vida, hasta que un día su hija pareció en su trabajo, ella sabia lo que significa así que simplemente le dio un beso en la frente y fue a traerle un chocolate caliente. Ella no noto como una mirada fría la escaneaba desde la lejanía y como un deje de sorpresa aprecia en su brillo peculiar, Sesshomaru salio de su oficina deseando comprobar algo que tenia en duda.
-¿Cual es tu nombre?-La niña alzo la cabeza sonrojándose rápidamente, si bien es cierto era una niña podía apreciar la belleza de las personas. En ese momento sin pensarlo alargo su mano hasta el cabello del hombre frente a ella y noto con fascinación como este mostraba su verdadero color ante el. Sesshomaru la miro inquisitivo, su olor lo confirmaba y la reacción lo verificaba. La niña que tenia al frente era de su propia sangre y eso lo hizo odiar mucho mas a Kagome por haberlo alejado de su cachorro. Ahora entendía la razón por la cual lo había dejado, el porque había abandonado a sus amigos y a pesar del tiempo aun le dolía.
-Señor Sesshomaru, los siento por la presencia de mi hija- Se inclino en forma de disculpa.
-Kagome-Ella volvió su mirada hacia a él-Necesito que hablemos en mi oficina.
-Enseguida, señor Sesshomaru-Miro a su hija, entregándole la taza con el chocolate humeante y se dirigió hacia donde Sesshomaru fue. Volvió la vista sonriendole a su hija y camino de nuevo.
Sesshomaru se sentó frente a su escritorio mientras esperaba a Kagome, miro unos documentos en espera de que llegara, se sentía impaciente y su mente giraba un poco. El también estaba confuso pero tenia una idea en mente, tomo su teléfono y busco a una persona importante en el. Marco el numero y espero.
-Hola, soy yo. Necesito que me hagas un favor, hubo un cambio de planes. Necesito que consigas a un medico y llames a mi abogado. Todo debe ser totalmente confidencial, si se entera alguien de esto tu carrera caerá en picada. No me importa, los necesito lo mas rápido posible- La puerta sonó- Haz lo que sea necesario, no me importa el costo en lo absoluto.
-Pasa-
-Señor Sesshomaru ¿que necesita del área de informática?-
-Kagome, es que acaso ¿no puedes dejar actuar?-La miro frialdad -Se que te has estado escondiendo con la cachorra, no olvides que ahora es un mundo diferente. Si antes te protegía el híbrido ahora el ya no se encuentra y nadie te protegerá de que te la arrebate en un instante.-Kagome se alejo un poco.
-Señor Sesshomaru ¿usted esta confundido?-Lo miro con detenimiento-No se de que cachorra habla y no entiendo a que se refiero con híbrido o a un mundo diferente-Camino hacia la puerta.
Sesshomaru la tomo del brazo con brusquedad causándole un leve quejido-Señor Sesshomaru, suélteme por favor. Voy a gritar y eso no le favorecía en nada.-
-Kagome, es que acaso no vas a dejar de fingir que me conoces. No me sorprende en la persona que te has convertido- La miro y se acerco hasta sentir su respiración.
Kagome se sintió extraña, su cabeza empezó a dolerle y un leve recuerdo cubrió su mente. Ella abrazada a una persona con la cabellera plateada y larga, el tomaba su mentón y la besaba con pasión. La mirada de el se parecía tanta a la que esa persona le estaba dando en ese momento y empezó a dolerle mucho mas su pecho. Esos hojas expresaban odio hacia ella, no entendía el porque pero las lagrimas empezaron a bajar por sus ojos. Alejo la mano con la que el tenia preso su brazo y camino hacia la puerta.
-Lo siento, señor Sesshomaru-Lo dijo con los ojos brillosos-Fue un error el haber venido hasta este lugar. Me iré y espero nunca volver a encontrarme con usted.
-Kagome- La puerta fue empujada por el cuerpo preso de Kagome contra el de Sesshomaru quien la miro y tomo su mentón- Hare que nunca te olvides de mi- La beso con lujurio mientras ella tenia los ojos muy abiertos, empezó a temblar y cerro sus ojos volviendo a recordar a ese ser a el cual no podía reconocer. Sintió de nuevo que cabeza dolía y empujo a Sesshomaru que no la detuvo de nuevo.
El la miro como se alejaba y cerro la puerta de un portazo, se sentó de nuevo en sus escritorio y se sirvió ron solo. Deseaba olvidar como ponía a su cuerpo la mujer de la que estuvo enamorado y su legitima esposa, que había escapado con otro hombre y que ahora pagaría por ello.
-Mama ¿que te paso?- Dijo su hija mirando el maquillaje corrido de su madre. Ella le sonrió y se limpio con su manga las sobras del maquillaje.
-Nada, cariño. Simplemente recordé algo que extraño mucho.- Miro su reloj y actuó de manera preocupada-¡Ohhhh! Es tardísimo, debemos ir a casa tu abuela a de estar esperando por ti, imagínate lo preocupada que la ponemos cada vez que nos damos una pequeña fuga.
-Si mama- La volvió a mirar- Por cierto mamá, tu jefe tiene un bonito cabello plateado.
Ella la miro con detenimiento y otro dolor le hizo sucumbir a la oscuridad, solo siendo invadida por la dulce voz de su hija. Solo un lo siento se repetía en esa oscuridad y ella quería que esa voz le explicase que hacia ahí.
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Besos Helados!
Lo siento por la larga espera pero bueno la Navidad no vino de gana. Y he tenido unos leves problemas por mi curiosa conducta. Gracias por leer y comenten cualquier cosa o error que encuentre. Otra vez besos helados y Feliz Año 2017.
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Sonrisa farsante.
FanficElla era muy calculadora, pero nunca creyo que existiria alguien que cambiaria su futuro. Junto a el veria un futuro diferente y encontraria un pasado aun latente.