ANGIE
Desperté de buen humor, me alisté para ir a la escuela. Estaba bajando las escaleras cuando me llegó una voz familiar, era la de su hermana, estaba abajo, platicando con su mamá. Evité dar un chillido de alegría, mi hermana no mentía cuando decía que iba a salir de su cuarto. Mientras bajaba lo que quedaba de las escaleras pude oír un fragmento de la conversación.
-¿Eso quiere decir que si vas a ir?... oh hija esa es una buena noticia-la voz de mi madre estaba al borde del llanto.
-Sí mamá, quiero volver a caminar-respondió su hermana-, no solo lo hago por mí sino por ti, para que te puedas divorciar de mi papá y puedas vivir en paz.
MI madre no pudo responder, pues ya estaba abajo, fingí que arreglaba su mochila. Mamá rápidamente se secó las lágrimas y continúo haciendo el desayuno. Sabía que mamá no aceptaba que ellas supieran sobre el "divorcio futuro", porque era un secreto que les iba ("iba") a decir más adelante, conforme la situación avanzara y hasta donde su madre llegara.
-Mamá-traté de hacer que se olvidara de ese tema-, hoy va a venir Derek a la casa, lo voy a ayudar a estudiar ¿no te importa verdad?
-No, pero sabes que me gusta que me avises con tiempo, mira como esta de desordenada la casa.
Recorrí con la mirada el pequeño comedor, la verdad no estaba tirado, nada de la casa de hecho, pero para mamá una sola cosa que este chueca o una partícula de polvo, ya es desorden. Seguí "acomodando" mi mochila.
-Por cierto Angie, esta es la primera vez en años que te despiertas temprano.
Sonreí.
***********
DEREK
-Derek, cariños hoy voy a llegar un poco más tarde.
-Sí, má.
Tenía la cabeza en otras cosas, estaba pensando en la amenaza de Martin, sus palabras seguían frescas en mi cabeza, ojala así fuera para los exámenes, tener los apuntes frescos en la cabeza. Aún tenía el recuerdo grabado en su cerebro, la amenaza seguía dándome duro en sus recuerdos, "o yo me encargaré de terminar lo que tú dejaste pendiente en la tierra". Él, él, un intruso, un monstruo, una plaga... quedo claro Derek, dijo una vocecita en la cabeza, lo que tienes que hacer, siguió la vocecita, es protegerla, no dejar que Martin se acerque a ella, ni nadie más, solo tú puedes estar con ella. Y fue ahí donde se dio cuenta que la vocecita era suya.
Cuando llegé a la parada de autobús, pensé que me encontraría a Angie, que tal vez cambio su idea sobre no tomar el autobús. Pero Angie no estaba. Sentí una corriente eléctrica por todo mi cuerpo al recordar la primera vez que Angie me tomo la mano. El autobús llego tan rápido, y aplasto un montículo de hojas secas, como también aplasto mis fantasías. Subí de mala gana al autobús.
Durante las clases no hacía otra cosa más que pensar en Angie, y en que la tarde estaría con ella. No podía pensar en otra cosa, salvo el cero que me pondrían por no poner atención.
Un constante sentimiento extraño me crecía, parecía como si me fuera a enfermar, porque, durante la hora de la comida no probé bocado, cuando llegué a casa y me disponía a hacer la tarea no pude porque justamente cuando me senté en la mesa llamarón a la puerta. Con paso molesto abrí la puerta, automáticamente una sonrisa se dibujó en mi cara al ver a Angie.
-Hola-saludo la chica-. Creo que no te acordabas de que hoy nos tocaba estudiar, ¿o me equivoco?-pregunto arqueando un ceja.
No te equivocas, pensé.
-Hola-saludé, las palabras se le ahogaban en la garganta haciendo que salieran como murmullos-. Pasa.
Me quité de la puerta y abrí aun más con un movimiento brusco que hizo que la puerta chocara con el mueble de las fotografías, una de estas se cayó al suelo eh hizo añicos el vidrio que lo protegía. Esa foto fue la última y única foto donde salían los dos con su papá, yo y mi hermano llevábamos el uniforme de la escuela, Bryan, mi hermano, iba en secundaria y yo en primaria. Me di cuenta de lo que hice, así que pateé la fotografía debajo del mueble. Angie ya estaba adentro cuando la foto se cayó así que solo vio cuando la patie.
-¿Qué era eso?-pregunto con curiosidad.
-Nada, si quieres siéntate en la mesa.
-Gracias.
Mientras Angie tomaba asiento, volví a sacar la fotografía del mueble, con sumo cuidado trato de sacar la fotografía sin cortarme, pero el sonido de mi celular me desconcentro haciendo que me cortara la palma de la mano. Grité en voz baja, según yo, pero Angie si escucho mi "grito en voz baja". Contesté pero cuando lo hice ya me habían cortado la llamada, y se me hizo una conspiración de la vida.
-¿Estas bien?-pregunto Angie.
-Sí, no es nada-repliqué, pero la palma me pensaba.
-¡Como que no es nada!-gritó-, pero si estas sangrando, y mira, ahí-señaló en la cortada-, hay un cachito de vidrio.
-No importa vamos a estudiar...
-No-replico Angie con enfado-, vamos al baño a curarte-me tomó la muñeca, no la mano, pero era la misma sensación que cuando me tomó la mano-. Hmm, ¿Dónde está tu baño?
-Al fondo a la derecha-sonreí, haciendo que Angie sonríe también.
-Derek-la miré-, ¿nunca paras de hacer bromas?
-Si se trata de hacer sonreír a una chica, no.
Angie volvió a sonreír y se sonrojo levemente.
Así es como me gusta verte, pensé.
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Apuesta de amor
Teen FictionAngie es una chica peculiar de 16 años, callada y reservada. Su vida no es tan genial que digamos, pero sus verdaderos problemas comienzan cuando conoce a Derek y su vida da un giro de ciento ochenta grados.