Verso 4

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❤Leal, traidor, cobarde, animoso;

Si había algo en lo que Otoya destacaba, era el hecho de ser leal en demasía. Le escondía todo a Tokiya, era su máximo confidente al momento de guardar secretos con respecto al resto de los chicos de Starish.

Sin embargo, había cosas que incluso Otoya sentía que no podía esconder.

–¡No es que sea traidor, pero debes entender que un toque de queda, es un toque de queda incluso en tormentas! –Bramó algo molesto el pelirrojo, mientras Tokiya estaba sentando sobre la cama.

Ambos estaban encerrados en el cuarto debido a que Otoya "delató" las intenciones de su roomie, y no podía aceptar que su muy querido compañero cogiera un resfriado.

–Tokiya puede pensar lo que quiera de mí... Pero no puedo tolerar que se descuide tanto. –Mencionó, y repentinamente estaba hablando formal, cosa que en realidad le disgustaba fuertemente.

Finalmente escuchó un suspiro pesado, y el ruido de unas sábanas desplegarse tranquilamente sobre la cama.

–No estoy... Enojado, por si eso quieres saber. –Exhaló pesada y ruidosamente–, supongo que me desconcertó saber... –Tokiya se levantó de su cama, y decidió tomar asiento en la ajena–, ... Que no conozco todas tus facetas. –Desvió la mirada, sintiéndose algo torpe. Claro que no conocería todas las facetas de su compañero, pero le molestaba sentir que definitivamente había partes de su compañero que jamás terminaría de explorar.

Se sentía completamente cobarde cuando pensaba en que había una solución a esa sensación tan jodida que se adueñaba de su pecho.

Sin embargo, una mano se sintió en su nuca, y una presión lo condujo hacia el pecho del nacido en abril.

–A veces Tokiya puede ser un niño, ¿no? Me gusta eso. –Rió un poco, mientras el estómago del de cabellos obscuros se volcaba en su interior. Las palabras del muchacho de ojos carmesí calaron profundamente en él, y la respiración sobre su cabello, acompañado de las caricias que Otoya le brindaban, le otorgaban un ligero consuelo.

Tal vez sentirse cobarde de vez en cuando no era malo. Pero eso no quitaba que Otoya había sido algo cruel al negarle una simple salida, y no quitaba el hecho de que se sintiera levemente enfadado.

Soneto CXXVI (TokiOto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora