T1 CAP 8: Día de la renta.

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-y... y ahora... ¿Qué vamos a hacer?-Preguntaba entre lágrimas Jasón- esto es mi culpa, si tan solo no hubiera hecho ese trato......

-no. Tú debías hacerlo, no te culpes. Explico mateo.

-aun no puedo creer que existan personas así.... Dijo bela mientras abrazaba a mateo, llorando y descargando su impotencia.

-escuchen, tengo que hablar con ustedes-decía mateo mientras secaba su cara- así es el mundo en el que vivimos. No tienen idea de la crueldad que poseen algunas personas.... Y quizás esté equivocado pero... solo hay una forma de detener esa crueldad...

-¿matarlos? Pregunto Sam dejando a todos enmudecidos.

-así es. Sé que es difícil de asimilar, pero si no lo hacemos, ellos lo harán por nosotros, repetirán lo de hoy hasta que no quede nadie. Mataran a cada uno y destruirán lo que construimos....

-me uno. Dijo firme ilay.

-ahí estaré. Dijo Blake.

-fui quien lo inicio, así que lo terminare. Explico Jasón.

-no es necesario Jasón, no tienes la culpa, pero si quieres venir, adelante. -Explico mateo- bien, ¿nadie más?

-yo, yo iré...

-disculpa, pero no te conozco, ¿Cuál es tu nombre?

-soy tomy... mi nombre es tomy...

Este sujeto parecía tener unos treinta años, o tal vez menos. Tenía rastras y era bastante grande.

-okey, vendrás con nosotros.

En esos momentos, pasaban pensamientos de desesperanza por la cabeza de todos los allí presentes, los cuales, sabían sobre la necesidad de matar a aquellas personas, pero aun así, no querían hacerlo. Sentían como poco a poco toda su humanidad se desvanecía, y surgía en ellos un nuevo ser, uno diferente y al que no todos estaban dispuestos a aceptar. Ni siquiera el mismo mateo, quien no disfrutaba de lo que hacía, pero sabía que era necesario para que los incidentes que avisto semanas atrás, no se repitan.

-bien, tenemos que buscar más armas, así que nos dividiremos. –explico mateo- Jasón y tomy, irán al pueblo a unos kilómetros de aquí. ilay tu vendrás conmigo, iremos hacia el otro lado y veremos que encontramos. Blake y katie, ustedes quédense, protejan el campamento mientras no estamos, no quiero sorpresas. Bien si nadie más tiene algo que decir nos vamos.

-¡esperen! Quiero ir con ustedes. Dijo bela.

-¿estas segura?, es riesgoso lo que haremos.

-no importa, no voy a dejarte solo.

-está bien, puedes venir.

Y así fue como todos partieron en esa búsqueda primordial de armas, que podría llegar a definir el futuro del campamento y de las personas que allí viven.

-oye Jasón, ¿crees que mateo tiene razón?

-no lo sé, matar personas, no está bien, pero... hay que detenerlos, eso es seguro.

-también estamos arriesgándonos. Si soy sincero, me ofrecí solo para no quedar como un cobarde. No quiero matar, pero tampoco quiero que me maten.

-ahí está el problema amigo, no puedes hacer eso, ya no funciona así.

-tienes razón...

-la armería, ahí está.

-¡alto!, mira eso...

Un grupo pequeño de muertos golpeaba las puertas de la armería, como si estuvieran persiguiendo algo, y ese algo estuviera ahí dentro.

-hay alguien ahí... maldición. Decía con frustración Jasón.

THE WORLD OF THE LIVING DEADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora