THE WORLD OF THE LIVING DEAD

T1 CAP 4: Habra un mañana

El llanto de mateo, se oía a kilómetros. Su cara llena de frustración demostraba todo lo que tuvo que pasar. El paisaje con el de fondo era desolador, desesperanzador y sin duda muy triste...

Luego de pasar unas horas en ese lugar, se dio cuenta de que había que continuar, así que se levantó y de forma muy discreta comenzó a caminar, adentrándose en el bosque.

-tengo que irme lo más lejos de aquí como sea posible, si me quedo ellos me atraparan, aunque si lo hacen... tal vez sería mejor...

Siguió caminando por el bosque, sin rumbo alguno, como si ya su vida no le importara, como si estaría esperando que la muerte le llegase rápidamente. De repente un ruido se escuchó desde las malezas, mateo sin dudarlo, salto hacia el lugar y se encontró con un pequeño grupo de muertos, deseosos de comer.

Con un gesto gruñón en su cara, saco su machete y lo incrusto en la cabeza del primero en acercarse, la sangre salpico su rostro, como demostrando quien era ahora, y de esa manera acribillo a cada uno de esos monstruos, acabando con el andar de lo que un día fueron personas.

Luego de mucho caminar, llego hasta un pequeño poblado, y decidió adentrarse en él, para ver si encontraba algo. El lugar era muy silencioso y tranquilo, fue entonces cuando mateo se acercó a una de las casas y de forma abrupta y poco discreta, entro, y lo primero que vio fueron un par de muertos, así que los acabo con su machete y prosiguió.

Investigo rigurosamente toda la planta baja de la casa, y una vez hecho subió hacia los cuartos de la misma. Decidió entrar en la primera puerta que vio, y al pasar observo un cuarto con paredes azules y dibujos en ellas, una cuna y algunos juguetes que debieron ser del niño que vivía allí. Esto lo puso aún más triste, llegando a llorar otra vez por su perdida, Kevin ya no era solo un niño que rescato, se había convertido en su hijo y por culpa de los militares y los muertos, lo perdió de la forma más cruel y dolorosa que pueda existir.

-si tan solo fuera más fuerte... si tan solo fuera más fuerte... ¡¡¡SI TAN SOLO FUERA MAS FUERTEEE!!!

Destruido por lo sucedido, aguardo en esa misma casa, en ese mismo cuarto y en esa misma situación, hasta que el sol se ocultó.

Un sonido extraño le llamo la atención, fue como si golpearan la puerta de la casa, bajo y llego hasta el frente y al abrir la puerta...

-no puede ser... ¿Martin? ¿Kevin? Q-que... como es...

Martin y Kevin estaban allí parados, frente a él, o al menos eso creía.

Mateo sin dudarlo salto para abrazarlos, y al hacerlo sintió un fuerte apretón de parte de Martin, como si fuera más que un simple abrazo. De repente mateo alzo la mirada y vio al muerto más terrorífico jamás visto, desconcertado lo empujo y tomo rápidamente su machete, golpeándolo con el repetitivamente, mientras no dejaban de caerle lagrimas:

-¡¡¡YO NO QUISE, NO FUE MI CULPA, AMBOS ESTAN MUERTOS NO INTENTEN ARRASTRARME CON USTEDES!!!

Y en un abrir y cerrar de ojos, mateo se encontraba solo, recostado contra la pared y lleno de sangre, con una imagen desoladora para cualquiera. Su cuerpo temblaba, sus parpados estaban hinchados y pesados, y su llanto conmovía al que fuera, sin duda él estaba solo, deprimido y abatido, y tal vez eso, haga que sea su último día en la tierra...

Al día siguiente, ya sin saber dónde ir, comenzó a caminar por el pueblo, recorriéndolo por completo hasta llegar a una especie de mercado.

Al entrar, se dio cuenta de que no estaba solo en aquel lugar, se oían ruidos extraños y esto intrigaba a mateo, por lo que luego de escuchar detenidamente por unos segundos, se adentró aún más.

Llego hasta una puerta cerrada con un candado y manchada de sangre, miro a su alrededor y vio una de esas hachas de emergencia, dentro de su caja, rompió el vidrio y la tomo, para instantáneamente golpear el candado hasta romperlo.

Sin dudarlo, abrió la puerta y entro en aquel lugar oscuro, lugar de donde provenían sonidos como los que los muertos hacen. Encendió el interruptor y...

-qué carajo es esto.

No solo había docenas de muertos allí, sino que todos estaban rigurosamente atados con cadenas, de modo que no suponían peligro alguno, como si alguien lo hubiera hecho con algún propósito pero no se sabía cuál.

-no puede ser, esto es... es... demencial. Si de algo no tengo duda es que no fue una sola persona, se necesita mucha gente para esto, y también es necesario una mente psicópata cuanto menos. Dios, no me quedare un segundo más aquí.

Mateo se largó al instante de aquel mercado, resignándose de lo que queda del pueblo y acabando por decidir el ir al bosque, como última opción.

La caminata fue extensa, y agotadora, después de todo lo vivido, las esperanzas eran casi nulas, y mateo estaba al borde de rendirse. De repente unos movimientos entre los arboles le llamaron la atención, así que corrió hacia ellos:

-por favor, no nos mates, míranos, solo me quedan ellas, mi esposa e hijas. En serio te lo suplico, te daremos comida si quieres, pero déjanos vivir.

La respiración de mateo fue aumentando, a la par que su adrenalina y miedo. Ese hombre desconocido se presentó hacia él, ofreciéndole comida por una oportunidad de que su familia viva, pero mateo saco su arma, y le apunto en la cabeza a aquella persona, y en un tembleque casi incesante, combinado con una acción un tanto involuntaria...

*disparo*

-váyanse, ¡¡AHORA!! Solo lárguense y vivirán.

Mateo tomo la comida que el hombre le ofreció, y salió corriendo de allí, en sus ojos podía verse la culpa de haber acabado con una familia, y tal vez de arruinar las oportunidades de supervivencia de la esposa y las dos hijas.

Tal vez por la desesperación o por el miedo, mateo tropezó con la raíz de un árbol, y cayo derramando toda la comida.

-¿Por qué? ¿POR QUE? Gritaba mientras lloraba.

-ya no puedo seguir así, ya no puedo...

Tomo su arma y la coloco en su cabeza.

-se acabó...

-¡altoo! No lo hagas. Se escuchó.

Desconcertado alzo la mirada y pudo observar un hombre alto, de pelo negro y unos veintiocho años, acompañado por una chica rubia de más grande que el hombre.

-soy ilay, y ella es Katie. Ven con nosotros, te ayudaremos.