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Advertencia [Shota] 

Un día de verano en el dulce reino, el sol era más fuerte de lo normal pero eso no detendría a Gumball. 

Tomó una sombrilla y cargo entre sus brazos al pequeño vampiro quien estaba cansado y afectado por tanto calor.

 Asegurándose de cubrirlo bien se apresuró a la salida del gran palacio.

 Al abrir la enorme puerta pudo observar a sus dulces ciudadanos caminando tranquilamente o haciendo sus actividades.

 A paso firme se encaminó por las calles de caramelo hasta llegar a un parque lleno de árboles altos.

La sombra de esos árboles era suficiente para calmar un poco el calor. 

Se dirigió ahí rápidamente dejando al vampiro junto a la sombrilla en el pie de un árbol. 

Rápidamente se encamino hasta una heladería pidiendo dos helados, uno de cereza y uno de chocolate. 

Al regresar pudo observar como el vampiro ya tenía sus ojos abiertos y miraba al exterior sorprendido. 

Nunca había salido con el sol. Acerco su mano hasta un rallo de sol pero antes de tocarlo el príncipe llego. 

Se sentó junto al pequeño dándole el helado de cereza para después indicarle que se sentara entre sus piernas. 

El vampiro asintió y se posición o entre estas feliz por su delicioso helado. El príncipe comía su helado alegremente hasta que noto como el pequeño temblaba. 

En ese momento se dio cuanta de que un poco del frío líquido había caído en el cuello ajeno. 

Miro hacia ambas direcciones y después dirigió su atención de nuevo al menor. 

Sin pensarlo dos veces lamió lentamente aquel líquido provocando que el menor soltara un suspiro. 

Una sonrisa se formó en sus labios. 

Amaba al vampiro y esperaría la eternidad por el pero ¿quién dijo que no se podría divertir un poco? 

Aún así nadie le aviso que el menor se defendería y sobre la fuerza que tenía. 

Esta vez las hormonas jugaron en su contra. 

✓ [Día 13]

30 Días de GumleeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora