Ya había pasado tres días desde el comienzo de curso. La profe nos dijo que solo podíamos hacer el tapiz en horas libres y la hora del patio del lunes, así que aún no había vuelto a entrar en el pequeño almacén. Tampoco había vuelto a hablar con Nics, él pasaba los patios con un grupo de chicas, y en clase ninguno de los dos iba a hablar con el otro, solo nos lanzábamos miradas que rápidamente apartábamos.
Aunque solamente había charlado con él una vez, ya lo echaba un poco de menos. Todos en la clase ya nos conocíamos demasiado bien, y ya me habían puesto etiquetas que no podía cambiar. Pero en cambio, para el nuevo, yo no era ni la traga libros, ni la empollona, ni la bocazas. Más bien no era nada, y quería que para mínimo una persona ser diferente, como una versión mejorada de mi. Y para el único que podía serlo era Nics.
Pero igualmente, esos tres días fueron como todo el año anterior, con escasos cambios. Eso me da algo de felicidad, porque si nada cambia, hay pocos errores que no pueda esquivar, y a mi me daba miedo el futuro.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En mi colegio, hay servicio de comedor, y yo soy una de las pocas que va a comer a casa. Sin contarme, creo que hay otras cinco de sexto que no pasan el mediodía en el colegio, y Nics esta dentro de estas. Pero yo siempre llego cuando abren la puerta, así que solo lo veo entrar. Eso fue asta el viernes, el tercer día de clase. Yo llegué un cuarto de hora antes de que abriesen, y me encontré a Nico sentado en un banco delante del colegio. No había ningún alumno mas que él. Al principio me pareció raro, yo creía que llegaría tarde, pero me acorde de que me guie por el reloj de mi hermano, que siempre iba adelantado. Para no aburrirme me acerqué a Nics, ya que tampoco podría leer aunque quisiera, porque tengo el libro en clase.
Me siento a su lado. Me doy cuenta de que está con los ojos cerrados.
- Hola, ¿Qué haces?- le digo para que note mi presencia.
-Oli Dais ¿no? Solo estoy pensando. ¿Qué haces tan pronto?
-Me equivoqué de hora, ¿y tu?
-Siempre llego un cuarto de hora antes.
Nos quedamos callados, mirando los rayos de sol que se filtraban entre las hojas de los arboles. Se estaba bien, porque una brisa agradable ahuyentaba el calor de finales de verano mientras hacia cantar los arboles.
- ¿Y que haces?- Cuestioné para iniciar una conversación mientras observo las golondrinas.
-Pienso- responde simplemente mientras se encoje de hombros. Él volvió a cerrar los ojos.
-¿En que ?- Pregunté básicamente para no tropezar en el silencio.
,-En nada importante, solo imagino una historia que invente ayer.
-En serio? Yo también creo cuentos que imagino cuando estoy aburrida, o sea en todas las clases de inglés. Lo llamo ir a Mis Mundos.
Nics rio un poco y yo sonreí, pero él no dijo nada
-Sobre que van tus cuentos?- Vuelvo a preguntar.
-El que estaba imaginando va sobre un grupo de amigos que tienen unos súper poderes, pero ellos no lo saben, y cuando lo descubren viajan a otro mundo a través de un portal mágico que esta en un espejo. El mundo en el que aparecen es como el nuestro pero muy mejorado y allí aprenden a controlar sus habilidades. Pero luego tienen que volver a su tierra natal pero cuando llegan un villano la a invadido y ahora deben derrotarlo- dijo tropezándose un poco con sus propias palabras.
ESTÁS LEYENDO
Síndrome de Peeter Pan
Não FicçãoSoy Daira, pero prefiero que me llamen Dais. En griego significa llena de sabiduría. Esto ya da una pista de lo friki que soy. En esta historia se narra un año de la vida de Dais, en su último año de escuela primaria, y todos los cambios que sufrir...