JUEGOS

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Lo llamaban cinco minutos en el paraíso, un  juego de adolescentes que paso a mayores.

Pero dos jóvenes comenzaron a jugar, perdiendo el rumbo por el cual iniciaron.

Aquel de cabello azabache acariciaba la mejilla de una hermosa pelirroja que no paraba de sostenerse de el, en  aquellos vestidores que se quedaban deshabitados una vez terminaban las clases.

Ellos aprovechaban para dejarse llevar por un juego que había durado ya mas de tres años.

El joven dupaing mordía los hombros de la señorita  nathali dejando otra marca mas al historial de aquel cuerpo que ahora estaba poseyendo.

- se...se darán cuenta Mar....- susurro la pelirroja hipnotizada por el que no despegaba ni un segundo sus labios de su piel, haciéndola estremecer y dejando que su cuerpo se recargara mas en el de ella apretando cada zona intima y olvidándose de lo que llaman espacio personal.

- solo... Un poquito- susurro el mientras le mordía suave el lóbulo de su oreja haciéndola soltar un pequeño gemido que oculto en el pecho de este,  dejando que su hábil mano recorriera sus piernas por debajo de su falda, apretándola entre un casillero y el joven diseñador.

- Mar...- suspiraba   embelesada dejándose mas y comenzando a acariciar la espalda de aquel joven que conocía mejor que a la palma de su mano, sabiendo que cada que ellos hacían eso era por la inspiración que necesitaban mutuamente, convirtiéndose en aquella obra a la cual alababan y querían alcanzar el uno del otro

Aprovechando como casi la pelirroja estaba, Mar no dudo en colocar una de sus piernas entre las de ella comenzando a restregar su pierna entre sus pantis que podría apreciar estaban mojadas por la humedad que sentía.

- nathali.... Eso es....no pares... Dejame  sentir- decía aquel de ojos cielo que parecía  que con gran cautela le subía la camisa a la pelirroja para despojarla y dejarla con el puro sostén que lo hacia endurecerse por aquella visión.

Ella  con mucho pudor se apego a el, dejándolo sentir sus pechos sobre su camisa, sabia que era algo tímida, pero al estar con su príncipe parecía que el la conocía mas, pues sabia como hacerla sentir bien con solo una mirada dejándolo seguir para su placer.

Sentándose  la joven encima de el en una de las bancas  comenzó tímidamente a restregarle con bastante necesidad, aun sin  verlo a los ojos y comenzando a enrojecer sus mejillas más  a cada movimiento.

- Mar.....mar....- decía ella en  su oído, dejándolo a el tocar todo el cuerpo de ella.

Subiendo el brasier de la joven y comenzando a mamar aquellos pechos que lo excitaban, escuchando sus gemidos que aumentaban en aquel lugar dejando  que el miembro de el comenzará a punzar dentro de su ropa, no pudo evitar levantarla un poco y desabrochar su pantalón para luego bajar  su bóxer y liberar su miembro que punzaba, sin dejarla de mirar con dulzura.

- nathali... Mi bella musa, hoy no pude aguantar hasta la casa- suspiro algo agitado mientras restregaba con   aquel miembro que solo hacia mas que ponerse duro.

Ella le sonrió apenada y suspiro al sentirlo- esta bien ....Mar ...sabes que siempre estaré para ti- dijo mientras poco a poco se bajaba comenzando a restregarse con el sintiendo como su miembro se encajaba entre sus pantis, dándole un beso tímido que Mar siguió, convirtiéndolo en uno apasionado, meniandola de la cadera.

- AH- gimió alto la de cabello pelirrojo que comenzaba a sudar por aquel ejercicio dejando que su cabello se pegara a sus mejillas  mostrando una expresión genuina de arte puro conocido como amor.

Mar al verla se sonrojo notando la belleza de aquella joven, que en el mundo nadie le igualaría metiendo su mano y apartando las pantis de ella comenzando a restregarle directamente sintiendo una corriente electrica recorrer su cuerpo aferrándose a comer de sus pechos por lo maravilloso que lo hacia sentir.

Los gemidos de ella comenzaron a resonar en aquel lugar, al igual que la humedad de sus intimidades que se restregaban  mirándose con extremo deseo de ambos jóvenes, hasta que  el mayor sintió como su miembro entro por la fricción soltando un jadeo enfrente de ella.

- nathali- le apego besándola apasionado, mirando  a la joven  que no paraba de gemir aun entre labios, después de todo este tiempo el se viera enamorado de esa hermosa pelirroja dejándolo como el hombre mas feliz  de el mundo

- no puedo mas nathali, puedo...- no siguio diciendo nada pues al ver que la joven se acomodaba apenada y comenzaba a bajar lo hizo enrojecer sujetándola

-¡ ah!- gimió la menor mientras mordía sus labios para no gritar del placer que le brindaba su amor, hasta acabar de meterlo sentándose y descansando un rato por el esfuerzo que hacia, - Mar....- gemía bajo la joven sobre el pecho de su príncipe.

- mi dulce cereza... Yo- antes de que Mar hablara ella comenzó a moverse  lento suspirando- mi dulcesito- jadeo recuperándose y al igual que ella comenzó a moverse lento, penetrándola  en un vaivén que a ambos comenzaba a dejar sin aliento, notando como nathali perdía fuerzas en sus piernas recordándola ahora a ella en la banca - dejame ahora complacerte-

Fue lo ultimo que el de ojos de un  color de cielo le pronunció, embistiendo la de una forma delicada pero continua mientras sus manos sujetaban la cadera de ella para que no saliera del todo, dejando en su mente recalcada cada expresión de ella, sus gemidos  que provenían de sus labios que parecían una hermosa flor abriéndose, sus mejillas que mas que rojas expresando la belleza de su piel, su mirada que expresaba  su alma tan pura e inocente y su cuerpo que era marcado a cada centímetro por el de Mar

Mientras que ella no podía parar de gemir por el placer que el le daba, sintiendo a cada momento como tocaba sus pechos apretando con suavidad sus pezones y llevándolos a su boca, bajando y subiendo de una forma deliciosa, jamas pensó estar así con el chico de su vida que ahora no paraba de lamer su cuerpo, de hacerla suya.

- Mar....Mar...me...me voy a ..- apenas y podía decir la joven entre los besos que le daba en los labios el, sujetándose por el delirio del placer que comenzaba a acumularse en su vientre, metiendo sus manos dentro de la camisa de Mar y rasguñando, apretándolo mas a ella.

Mar soltó un gruñido bajo sosteniéndola de  su cintura y a pegándola, manteniéndola arqueada mientras sentía como su miembro comenzaba a ensancharse y ella lo apretaba mirando a su bella joven - nathali.... Yo...voy ah....- en ese momento el azabache se dio cuenta que no usaba preservativo por la pasión que les gano, tratando de salir de ella pero siendo sujetado por las piernas de la joven mirándole sorprendido- na....

- hazlo ....ah...¡hazlo Mar!- gimió alto la joven arqueándose en su totalidad y abrazandolo mientras no podía evitar contraerse y hacer a que sus paredes internas apretarán el miembros de Mar

Haciendo que este solo le apegará por el espasmo, dejando que su esencia saliera, jadeando entre un beso que le daba a su bella pelirroja, apretándola mas a el aún con el orgasmo a flor de piel, amando como lo hacia sentir en ese momento y en todos los que estaban juntos comenzando a calmarse, dejando que ella lo apretara, por esa nueva sensación que sentía dentro de ella.

- casate conmigo- soltó en un suspiro el azabache sorprendiendo a la joven que al oír esas palabras unas cuantas lágrimas comenzaron a salir.

- Mar.....- lo apretó a ella como si fuera su ultimo aliento y con repetidas y bajas respuestas se podría escuchar un " si" de su parte.

Aveces lo que empieza por un juego.... Puede volverse lo mas importante en tu vida....

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Perdonen la tardanza mis conejitos pero es que eh estado un poco corta de inspiración, pero ahora subiré unos que ya tengo y entre ellos esta este.

No entiendo porque me costo trabajo escribirlo, pero por favor espero les  gustase, seguiré escribiendo más de ellos así como yaoi y yuri.

Bueno hasta la próxima ^.^

NOCHES ROJASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora