Opuestos 1/...

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Conociendo a una persona decimos saber todo de ellos,  sabemos que las cosas  las tenemos y que ahí están,  o eso es lo que siempre creemos.

Hoy es el día de mi boda,  y es que  desde niña soñé con esto,  e inclusive lo planee con el más mínimo detalle que a cualquier chica se le ocurriera,  los arreglos,  el vestido,  la comida  y si,  inclusive mente  el novio,  pues quien no sueña con su  principe azul.

Aunque... No fue haci como todo acabo para mi.

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-¿señorita dupaing acepta como esposo al joven kuzbertg? - dijo el padre que ya cargaba unos cuantos años

Y ahí estaba  frente al altar más lujoso y caro de Italia,  rodeada de personas tan importantes  que en mi vida imagine  conocer, y al lado de un pelirrojo que ni siquiera me volteaba a ver aunque era nuestra boda

Y es que ahora mi boda no es más que un simple arreglo para pagar las deudas de mis padres,  que en la primer oportunidad que les dieron me envaucaron con la deuda de más de cinco billones de euros.

-¿señorita dupaing ? - me volví a preguntar el padre haciendo a que todos me mirarán  con cara de sorpresa

-acepto - solo susurre bajo y con la mirada hacia el vacío

Dando por terminada la ceremonia de un par de esposos que nunca se vieran visto antes y comenzando con un gran banquete más que deseado por la mismísima reina de Inglaterra, con joyas,  personas importantes y regalos por doquier.

-hermosa boda - escuche aun lado de mi,  haciendo que volteara y viera al chico de  mis sueños,  aquel pelirubio  con ojos verdes que siempre me cautivaron.

-ah... Hola adrien - sonreí apenada y con los ánimos hasta el suelo,  aparte de que el pertenecía a las familias ricas de París,  tenía que ser invitado de mi boda que nadie sabía era por compromiso.

-me alegra que encontrarás a alguien especial  mari, espero te vaya bien ahora en tu vida de casada - susurro algo a penando y con un deje  si no mal note de tristeza  en sus palabras.

-ah... Bueno yo... - apenas y susurre  para sentir la mano de mi ahora esposo depositado en mi  espalda

-querida podrías acompañarme,  quisiera prensentarte a unos amigos - sonrió el pelirrojo que si fue más que amable en ese momento por primera vez me sentí coivida frente a un joven que no conocía - si me permite joven agreste - oí decirle para haci irnos a otro lado más privado  como irnos de la boda,  como cualquier pareja que va a su luna de miel,  subiendo a un lanvorggini  y dejando que el conducirá.

-eh...¿ A donde vamos? - pregunte algo más confianza.

-teníamos que salir, no me gusta esa clase de  gente - dijo sin chistar el joven que ahora estabas más serio de lo normal y que me causaba un escalofrío con su voz suave pero al mismo tiempo  seca

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-no te voy a hacer nada - comento  el pelirrojo que tenía a lado de la cama- por favor duerme tranquila - poso su mano en una de la mía y después la quito  volviendo a lo suyo

Y es que eran todas las noches aquellas palabras que pensaba me callaban,  sin contar esa acción tan pequeña que se fue  haciendo necesario para mi;  mi vida era perfecta,  por los lujos que tenía, pero había algo que me dejaba intrigada y ese era el poco deseo de el por besarme o hacer algo más y no es que me moleste pero me doy cuenta que Pensar en que seria mala vida la que pasaría junto a él hijo de la mafia italiana era errónea,  me sorprendió el hecho de que sea tan pacífica  y que el me de todo a manos llenas pero con el gesto de un caballero de antaño,  sin mencionar el  hecho de la confianza que me tiene para dejarme salir a donde quiera y con quien guste,  siempre con un "cuídate y regresa con bien" que me hace pensar en cuanto le importaba.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2017 ⏰

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