au(sencia)

913 122 10
                                    

La mañana le sabe insípida y vacía, más aún el olor húmedo que se ha olvidado la lluvia en su huída. Kei chasquea la lengua irritado, voltearse en la cama y no encontrarse con él es sencillamente asqueroso.

El rubio enciende el móvil y saltan las llamadas perdidas de su madre y su hermano, mas se ve incapaz de sostener una charla normal con alguien de su familia. Tsukishima sabe que los Tsukishimas saben que él no está bien, no obstante le importa muy poco.

—Diez.

Escapa de sus labios en el trayecto a la cocina, ya no recuerda si está contando su ausencia o los azulejos del suelo. No se lo pregunta tampoco, el ánimo no le da para más, sin embargo la odiosa inquilina se levanta de golpe, oscureciendo todo.

Kei frunce las cejas.

Las cajas a medio tomar se amontonan en el congelador. Y los trozos de Tobio se esparcen en la mesa.

Me gusta el sabor de la paleta de leche...

—Ah... —gimotea el pobre chico, sobándose las manos contra las mejillas en un patético intento por comerse las lágrimas.

Frente a él descansan las memorias de una vida feliz, en la cual Tobio sonreía con los ojos cerrados. Al moreno se le encendían las mejillas y a Kei le chispeaba el corazón.

—Diez —repite otra vez, deslizándose por la pared hasta caer sentado. La lluvia se desata en sus párpados y los gritos se pierden en las paredes, acostumbrados a la rutina de aquél.

Me gustaría poder estar una vida contigo...

TsukiKage // oneshot. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora