Piel de leche, par de soles y luna de invierno.
La sonrisa de hojalata oxidada y el cabello de oro, manchándose con las gafas de pasta gruesa y una palabrilla soez en el ápice de la lengua.
Los dedos son largos y huesudos; se nota, incluso desde el pupitre de atrás, el desinterés por la vida.
Y aun así él no puede dejar de mirarle.
No quiere dejar de mirarle por si desaparece y reaparece una semana después, con los cascos en la cabeza y the killers reproduciéndose en la única canción que al parecer conoce.
Porque si Tobio pestañea ya no puede alcanzar a Kei, ni su estela.
Porque si Kei de casualidad voltea y enhebra sus pupilas a las suyas, le sonríe suavecito.
Parece que no le sonríe, porque él no le sonríe a nadie, ni a su mejor amigo ni a su mamá; sin embargo Kageyama lo nota.
Y le sonríe también.
No hablan, pero se besan cuando acaban las clases. La boca de Kei es dulce y sus palabras son ácidas, mas al pelinegro parece no importarle.
Como también parece no importarle el que su mano viaje sin control por la nívea piel del más alto, creando melodías en el costillar.
No se despiden, ni se llaman ni se envían mensajes. Tobio no conoce a los padres de Kei y Kei no quiere conocer a los de Tobio.
Sin embargo al día siguiente sus bocas vuelven a encontrarse y la tibieza de la piel canela gusta al de gafas; gusta al punto en que susurra las primeras dos palabras de aquella relación-rivalidad: eres cálido.
Es entonces cuando el de ojos azules sonríe genuinamente y responde más que sus besos.
"A veces eres cálido también."
____________
Dedicado y regalado, lo subo únicamente porque es otepé. :(

ESTÁS LEYENDO
TsukiKage // oneshot.
Fiksi PenggemarOS de Tsukishima y Kageyama, porque el mundo me obligó. ** los personajes no me pertenecen, son creación exclusiva de Furudate. ** las imágenes tampoco son de mi autoría. Créditos a sus -hermosos- creadores.