Instagram {Marco Asensio}

77.

Carolina Pov.

Estaba en casa de Francisco, luego de llegar de Barcelona y verlo confirmé que estaba completamente enamorada del malagueño. Aunque sinceramente no sabía que sentía él por mi.

—Alguien se ha colado en el sofá —miré a Isquito que no dejaba de reírse.

—Quiere atención —Francisco apareció con una sonrisa.

—Pues Caro te dará toda su atención.

Me senté a su lado y empecé a jugar con él durante un largo rato, hasta que el cansancio lo venció y se quedó dormido en el sofá.

—Si que ha batallado para no dormirse —Francisco se echó a reír.

—Vaya que si, pero me encanta jugar con él.

—Venga, lo llevaré a la habitación —Isco iba a cargarlo pero no lo dejé.

—Calma, iré yo. Al fin que ya sé cual es su habitación —tomé a Isquito entre mis brazos y lo llevé a dormitorio.

Lo dejé sobre su cama, se veía tan tierno dormido plácidamente que no aguanté y besé su sien.

Bajé de regreso a la sala de estar y encontré a Francisco revisando su celular.

—¿Tienes algo con el tal André? —preguntó un tanto enojado.

—Solo somos amigos.

—No lo parece, dice que vendrá y que quiere verte.

—Luego hablaré con él —me senté a un lado de Isco, pero se levantó de inmediato.

—Se sincera, él no quiere una simple amistad, ¿cierto?

Odiaba cuando adivinaba todo, era un don que poseía el malagueño.

—Tienes razón, le gusto y ya me lo dijo.

—Lo sabía, pero eso no es todo —me miró buscando una explicación.

—Nos besamos —solté nerviosa, no quería arruinar lo poco que llevaba con Isco.

Isco me miró enojado, pero no dijo nada más, sólo se fue dejándome sola. Lo seguí porque no pensaba dejar las cosas así.

—¿Qué pasa? —ahora era yo quien buscaba una explicación.

—Nada —respondió serio.

—Te conozco Francisco.

—Si tanto me conoces deberías saber que me muero de celos, no quiero verte con nadie más que no sea yo. Eres más que una amiga para mi, te quiero Carolina.

Jamás me hubiese imaginado tener a Isco diciéndome todo esto. Noté que no había dicho nada porque estaba por dejarme sola de nuevo.

—Francisco —lo tomé del brazo—. Yo también te quiero.

Y sin más me abalancé sobre él para besarlo, un beso que había esperado desde hace mucho y que él siguió de inmediato.

—Eres lo que siempre soñé pequeña Asensio.

Esta vez él me besó. Ya no había dudas, ambos nos queríamos y haríamos todo por estar juntos.