Carolina Pov.
Han pasado casi dos meses desde el incidente de Marco, Verónica sigue viviendo en Málaga y sólo nosotras sabíamos eso. Y como a Isco le tocaba llevar al pequeño con su madre, Nairy y yo decidimos venir con él para visitar a nuestra amiga.
Las cosas con Isco estaban un poco extrañas, desde hace unos días sólo me hablaba por Isquito, cuando llegamos al aeropuerto de Málaga, me tomó de la mano para ayudarme a pasar entre tantas personas, el pequeño venia dormido en mis brazos.
—Esperen un momento, ya regreso —Isco nos observó a los tres y se marchó.
—¿Sabes qué le pasa a tu hermano? —miré a Nay.
—Ni idea, sabes que de pronto le dan sus ataques de loco —la gimnasta no le dio mayor importancia a la actitud de su hermano.
—Listo, podemos salir —Isco regresó con la misma actitud.
Traté de estar calmada durante el viaje porque no quería preocupar al pequeño, al salir del aeropuerto nos esperaban miles de periodistas y fotógrafos.
—Isco, Isco...—una de las periodistas llamó nuestra atención—. Ahora que los vemos llegar a los cuatro a Málaga, ¿puede decirse que estás en una relación con la hermana menor de tu amigo Marco Asensio?
Miré a Francisco en busca de una respuesta, él simplemente volteó a ver a la periodista y respondió.
—Para nada, sólo somos amigos —respondió con una sonrisa incómoda.
De repente no entendía nada, no quería meterme en las decisiones de Francisco, pero era evidente que no teníamos una simple amistad. Miré a Nairy en busca de una explicación y sólo musitó un "no tengo idea".
—A nosotros no nos parece que tengan una simple amistad, siempre los vemos juntos y varias veces ha sido mientras pasean a tu hijo —la periodista quería sacar más información a como diera lugar—. De no ser así, no viajarían juntos a tu ciudad natal, ¿piensas presentársela a tus padres?
Dirigí mi vista hacia Francisco otra vez, quiero entender si para él solo soy una amiga más.
—Como ya lo dije, es mi amiga. Si la han visto conmigo es por eso, ella me ayuda con Isquito cuando puede y se lo agradezco. Si hoy está aquí en Málaga es porque aprovechó que viajé para ver a una amiga —soltó mi mano y tomó en brazos a Isquito.
Salimos de la presión de los periodistas y caminamos hacia el auto. Cuando llegamos a su casa, decidí que hablaría con él.
—Nay, llevate un momento al niño, necesito hablar con Francisco —Isco me miró sin entender pero accedió—. Me puedes explicar exactamente que sucedió hace poco.
—Nada, solo aclaré los malos entendidos —respondió con tranquilidad.
—O sea que todo este tiempo he sido tu amiga.
—Así es, está mas que claro que eres mi amiga y nada más —su indiferencia hizo que me enojara aun más.
—Eres un imbécil Francisco, se supone que teníamos algo, los besos, las caricias, ¿significaron algo? —trataba de contener las lágrimas.
—Nunca tuvimos nada, yo no te pedí que fueras mi novia. Si entendiste lo contrario pues lo siento.
Sus palabras eran como cuchillos que se clavaban en lo más profundo de mi alma.
—ENTONCES, ¿POR QUÉ ME ILUSIONASTE ASÍ? PENSÉ QUE ESTARÍAMOS JUNTOS SIEMPRE —le grité mientras las lágrimas viajaban por mis mejillas.
—Me di cuenta que necesito alguien que sea capaz de ser una madre para mi hijo, que más adelante me de más hijos y claramente eso no está entre tus planes.
—Yo jamás me he negado a ser una mamá para Isquito.
—Cuando Verónica bromeó con la idea de la maternidad te negaste de inmediato —él seguía sin demostrar sentimiento alguno.
—¿Te vas a dejar llevar por una broma? —en ese momento Francisco reaccionó, pero era tarde—. Lógicamente ahora no está en mis planes, pero mi mayor sueño es ser madre y si eso incluía educar y querer a tu hijo, estaba más que dispuesta. Lástima que seas un idiota y ya no quiera estar contigo nunca más.
Tomé mi cartera y mi maletín, no estaría en el mismo sitio que él.
—Carolina, ¿a dónde vas? —me sujetó del brazo, pero me solté de inmediato.
—Lejos de ti, no quiero que me busques. Me has humillado y no lo voy a seguir permitiendo.
Salí de su casa sin importar que Isco me siguiera gritando desde la puerta, sé que no conocía Málaga, pero no me quedaría a seguir sufriendo.
Recordé que Verónica podía ayudarme y no dudé en llamarla.
—Hola Carito, ¿cómo estás? —respondió con su singular alegría.
—Te necesito, estoy en Málaga y no se a donde ir —la voz se me iba entrecortando.
—No te preocupes, iré por ti. Sólo llega a un sitio seguro y me pasas la dirección.
La llamada finalizó y las lágrimas salían sin fin, seguramente podría llenar una piscina entera. Iba paseando con mi maleta por las calles de la enorme ciudad en busca de un sitio seguro. Gracias al montón de lágrimas que se acumulaban en mis ojos no divisé a una persona y choqué con él.
—Disculpa, no te vi, soy una torpe —el chico me ayudó a levantarme.
—¿Carolina?
—¿André? —limpie mi rostro y ahí estaba el portugués con su cara llena de preocupación.
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué estabas llorando? —solo lo abracé con todas mis fuerzas—. Tranquila Caro, todo estará bien, vamos al café de la esquina.
Me ayudó con mi maleta y fuimos al café, cuando llegamos me miró en busca de una explicación.
—Vine a ver a una amiga, en principio me quedaría con Isco, pero todo acabó y salí huyendo de su casa.
—Ese idiota, no te preocupes de nada, ahora me tienes a mi y te voy a cuidar —tomó mi mano entre la suya y depositó un beso.
—Gracias André, por cierto ¿qué haces aquí?
—Hay partido en la rosaleda —respondió con una sonrisa.
Estuve con él un rato hasta que Verónica apareció y me fui con ella a casa de Juan Pablo.
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Instagram {Marco Asensio}
FanfictionHola, mi nombre es Verónica Santos, soy hermana del jugador de la vinotinto y ahora jugador del Deportivo Alavés Christian Santos.