Instagram {Marco Asensio}

73.

André Pov.

Las chicas se regresarían mañana a Madrid así que le envié un mensaje a Carolina para vernos antes de irse.

Pasé por ella al hotel en donde se estaban hospedando, la estaba esperando en el lobby cuando escuché su voz junto a la de las chicas.

—Hola chicas —las saludé a todas.

—Así que por él no irás de compras con nosotras.

Rubimar se hizo la ofendida para luego reírse.

—No le hagas caso André, Rubi está loca —Verónica se echó a reír.

—¿Vamos? —Carolina me observó sonriente.

—Vamos.

Se despidió de sus amigas y caminó a mi lado.

—Usen protección —gritó Nay antes de salir.

Caminamos hacia el auto entre risas, Carolina era una gran chica. No quería llevarla a un sitio cliché así que manejé hasta el Parc de la Ciutadella, esperaba que le gustara.

—¡Este lugar es hermoso André!

Carolina estaba fascinada con todo, punto a mi favor.

—No más que tú —la miré y se sonrojó.

Caminamos por un largo rato, paseamos por el zoológico, por los monumentos antiguos del parque y terminamos en el lago.

—Subamos a una barca para dar un paseo.

Pidió Carolina y acepté feliz, hablé con el encargado y nos alquiló una barca.

—Con cuidado —ayudé a Carolina a subirse.

Subimos a la barca con los remos, al principio ninguno sabia como remar e íbamos en círculos cosa que nos causó mucha gracia. Luego de varios intentos por fin pudimos avanzar por el hermoso lago. Remamos hasta un lugar despejado en donde nos quedamos para admirar la tranquilidad del parque.

—Gracias por traerme a este lugar, es muy hermoso.

—No agradezcas, es lo mínimo que te mereces luego de lo patán que fui hace unos días.

—Eso ya es cosa del pasado André, mientras no vuelvas a comportarte de esa manera todo estará perfecto.

—¿Te han dicho que eres maravillosa? —me quedé observando sus hermosos ojos por unos segundos.

—André por favor —sonrió nerviosa.

—Y cuando te sonrojas mucho más —besé su mejilla rápidamente.

Cuando me volví a sentar, la barca se tambaleó y Carolina se asustó.

—Tranquila no va a pasar nada —reí ante su expresión.

—Si claro, como tú no te ibas a caer.

Me seguí riendo y ella empezó a tambalear la barca para vengarse, pero lo hizo tan fuerte que terminé cayendo al agua.