Tres

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En cuanto abrió los ojos ya era de día. No había ningún rastro de la oscuridad de la que tanto temía, ni tampoco del chico que la había acompañado por la noche. Hoseok había desaparecido así como había surgido, haciendo a Nayeon pensar que fue uno de sus delirios causados por la fobia. Sin embargo, ella sabía que no era así. Había sentido sus manos, frías como la mismísima nieve, acariciar su cabello hasta que se había dormido y tenía su voz grabada en lo profundo de su memoria.

Lo buscó con la mirada, intentando verlo por ahí. Se paró del suelo, sacudió sus prendas y dio unas vueltas alrededor del árbol bajo el que había dormido. Quería agradecerle por quedarse con ella y ayudarla sin siquiera conocerla, pero no hubo caso. El chico se había esfumado así como así, con un efecto similar al de un espejismo al ser alcanzado.

Resignada, Nayeon se dedicó a esperar a que vinieran a buscarla y, media hora más tarde, comenzó a escuchar las risas de sus amigos acercarse hasta su posición.

-Hasta que llegan.- murmuró somnolienta. Su humor en las mañanas no era el mejor, y podía asegurar que haber dormido sobre el pasto, el cual se había cubierto luego de rocío, no ayudaba a su condición.

-Lo sentimos.- habló Namjoon. -Yoongi se quedó dormido.-

-¿Cómo la pasaste?- preguntó el anteriormente nombrado, ignorando el comentario del castaño.

-¿Tú cómo crees?- preguntó Nayeon. -Pues de maravilla.-

La ironía en su voz era notoria, pero ella sabía que no la había pasado tan mal. La aparición de Hoseok había ayudado, haciendo que su noche no fuese tan penosa como pensó que sería.

-Lo sentimos, pero era necesario.- intentó disculparse Namjoon.

-Necesario mis pelotas.- susurró enojada, causando que Yoongi se riera.

Lo que habían hecho era todo menos necesario. Su miedo no era normal, lo sabía. Cada vez que estaba a oscuras sentía mareos, a veces hasta nauseas, pero eso nunca había sido un impedimento. Su acluofobia, otro sinónimo para su enfermedad, nunca había sido un impedimento para nada. Sus amigos solían comprenderla cuando los síntomas se presentaban, y trataban de evitar actividades que implicaran la falta de luz. Nunca les había molestado y no entendía por qué habían tomado ese tipo de medidas, las cuales sabían a ciencia cierta que no iban a funcionar.

-Perdón.- se disculpó Suga. La diferencia entre su disculpa y la de Namjoon, era que en su voz no había una pizca de arrepentimiento.

-Fue tu idea, ¿No?-

Nayeon supo que estaba en lo cierto tras la falta de respuesta. Como dice el dicho, el silencio otorga, y Yoongi tendía a callarse cuando sabía que había hecho algo mal o cuando le decían algo que no quería escuchar.

-Te compraré un helado en compensación.- ofreció él. Ambos chicos tomaron su mano, guiándola fuera del bosque en el que había pasado la noche.

Nyctophobia | Jung HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora