-¿Crees en el destino?- preguntó ella curiosa. El chico a su lado pensó bien antes de responder.
-En parte.- suspiró. -Es algo complicado.-
-¿Por qué?-
-No puedo decirte una razón concreta. Hay cosas que me quedan inconclusas.- le contestó. -¿Y tú?¿Crees en el destino, Nayeonnie?-
-Claro.- sonrió ella con dulzura. Tenía miedo de la reacción que Hoseok pudiera tener al escuchar lo que iba a decir, pero sentía que necesitaba soltarlo sin importar qué. -Creo que mis amigos me dejaron aquí por algo. Digo, gracias a que me arrastraron en contra de mi voluntad hasta este mismo árbol te conocí a ti. Así que sí, creo que el destino existe.-
-¿Estás diciendo que es el destino que nos hayamos encontrado?- cuestionó él curioso.
-Ajá.- respondió ella mientras acomodaba su cabeza en sus piernas.
Hoseok también lo creía. Sabía que la aparición de Nayeon en su vida era un factor clave, puesto quien sería ella que lo ayudara a salir de allí. Sin embargo, no podía contárselo.
Ambos, sin tener idea de lo que sentía su compañero, tenían miedo de alejar al otro con sus palabras. En las cinco semanas que venían juntándose, sin falta cada noche, habían formado una especie de vínculo inquebrantable. Se habían hecho mejores amigos y siempre estaban allí para el otro. Entre ellos no había secretos, excepto tal vez uno fundamental por parte del pelinegro, y eran transparentes con el otro respecto a lo que pensaban. Se atraían, aunque aún no se daban cuenta, y por eso tenían miedo de hablar de más. Por el miedo a quedarse sin su par, ninguno de los dos hablaba con el corazón. Nayeon no podía decirle a Hoseok que lo quería de una forma diferente, y Hoseok no podía contarle su secreto más profundo.
-¿Todavía tienes miedo?- indagó él.
-Si te soy sincera, no tanto. Sigue sin gustarme estar sola en lugares oscuros, pero ya no me aterra tanto como antes. Ahora me animo a caminar por el pasillo a oscuras, o simplemente a ir por la calle cuando es de noche. Y es gracias a ti.- sonrió Nayeon con sinceridad.
Estar con Hoseok la había ayudado a sobremanera. Pasar el rato con el chico la calmaba, y de algún modo u otro recordarlo cuando estaba ausente le hacía pensar en la oscuridad. La falta de luz le recordaba a él, y acordarse del joven siempre la hacía sonreír como una tonta enamorada. Para el cerebro de la chica, la cura a su enfermedad tenía unas fórmulas muy simples:
Oscuridad + Hoseok = Felicidad.
Felicidad + Hoseok = No miedo.
No miedo + Hoseok = No más nictofobia.
Esto, aunque ridículo, era completamente cierto. Llevaba años escuchando que la cura a este raro trastorno era la hipnosis, la psicoterapia, o inclusive peores. Sin embargo, en poco más de un mes, la presencia de un chico de ojos marrones la había curado casi por completo.
-Me alegro por ti.- contestó él, verdaderamente feliz.
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Nyctophobia | Jung Hoseok
Fanfic"-Yo puedo ayudarte con eso. Yo curaré tu miedo.-" Historia corta. Capítulos cortos. Duración: 8 capítulos. Fecha de publicación: 13/11/2016 Días de actualización: martes. Obra completamente mía. Prohibida su copia o adaptación sin consentimiento.