Seis

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-Mi nombre completo es Jung Hoseok.- comenzó a responder. Así, con su poca capacidad para detectar las emociones ajenas y todo, el chico se había dado cuenta de la curiosidad que teñía el tono de voz de la chica. 

De alguna forma u otra, le ponía contento ese interés en él. Había estado solo mucho tiempo, sin ningún tipo de compañía. La llegada de Nayeon a su vida lo había hecho sentir cosas que no recordaba con claridad, como la calidez o la ternura. Por mas cruel que pudiese sonar, se alegraba de que sus amigos la hubiesen tirado allí. Sin esa horrible pero bien intencionada acción, Hoseok nunca la hubiese conocido y seguiría vagando por el bosque sólo, sin rumbo y sin escapatoria. 

-Tengo veintiún años.- mintió. Sinceramente no recordaba su edad, pero eso no era algo que pudiese compartir sin asustar a la chica. -¿Que más quieres saber? Porque olvidé el resto de las preguntas.- 

Ambos rieron al unísono y Nayeon se llevó una mano al mentón, pensativa. Quería saber todo de él. 

-Veamos.- murmuró. -¿Por qué me ayudas?

Hoseok lo meditó por unos segundos. Sabía la respuesta, pero era tan descabellada que se arriesgaba a que Nayeon se fuese de su lado. Necesitaba a toda costa ayudarla, tanto por obligación como por voluntad propia. Ella era su boleto de salida y él lo sabía, aunque también estaba esa sensación en su pecho cada vez que la veía llorar. Nunca había gozado de ver a las personas llorar, simplemente no lo soportaba. Pero con ella era diferente. No solo no le gustaba verla llorar, sino que también sentía la necesidad de detener su llanto y hacerla sonreír. 

-No lo sé. Creo que es porque está en mi naturaleza, o simplemente porque me agradas.- se encogió de hombros con un nudo en la garganta. Por lo poco que podía recordar, ese sentimiento extraño en su cuerpo era culpa. No le gustaba mentirle, pero no podía contarle la verdad hasta haber hecho lo que necesitaba. 

-¿Por qué siempre estás aquí, en este mismo árbol?- indagó ella. Esa era una de las preguntas que más carcomían su cerebro.

-Estoy algo así como atado a este lugar, por más loco que suene.- 

-¿En qué sentido?- 

-Es...- suspiró, tratando de buscar las palabras adecuadas para responder a sus inquietudes. -extraño. Por más que intente irme, siempre vuelvo al mismo lugar. No puedo explicarte mucho, puesto que ni yo sé como funciona todavía.-

-¿Como si algo te ligase a este lugar?- preguntó ella. Hoseok asintió sin encontrar mejor explicación. -Suena como una novela fantástica.- rió.

-Creo que es tarde, deberías dormir.- dijo el chico cambiando de tema. Nayeon volvió a bostezar mientras asentía con la cabeza. Tal y como las veces anteriores, se acurrucó en las piernas de Hoseok y se quedó profundamente dormida.  

Nyctophobia | Jung HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora