Las imágenes giran en espiral, confusas, haciéndome creer que todo esto es un sueño. Todos cantaban y gritaban dentro del auto. Y yo me sentía ajena, rara, una intrusa en la diversión de ellos. Nunca me había sentido tan fuera de lugar. Intento relajar mi cuerpo y olvidarme de la ruidosa música para imaginar el silencio fresco de los bosques iluminados por la luz de la luna y las oscuras calles que íbamos atravesando.
Por un segundo, la música y los gritos desaparecen por un frenazo y todo lo que oigo son las maldiciones de Rick. «Maldito gato... ¡Que te den!». En cierto momento veo un gato negro que se escabullé en una casa, asustado. El auto baja por una rampa y se detiene en un portón de rejas blancas. Una vez fuera del auto he empezado a calmarme y la brisa me azota refrescando mis mejillas. Mateo sacó una llave y abrió los tres candados que se encontraban en la reja. Entrando, me permito una mirada hacia el oscuro lugar, no puedo distinguir muy bien el sitio pero un terror mezclado con excitación se instala en mi cuerpo.
Mis ojos se cierran con la fuerte luz que se prenden en los grandes focos.
"Escondite... Dulce, dulce escondite" dice Mateo con una sonrisa.
El 'escondite' era un subterráneo abandonado. Los rieles estaban oxidados y las paredes completamente rayadas. En una pared cerca de las escaleras que llevaban fuera del subterráneo, habían pequeños sillones viejos y una mesa de pin-pon. Aunque el lugar era húmedo y helado, era acogedor.
"¡Traje cervezas!" grita Rick con un six-pack en sus manos.
Todos gritan menos yo. Me siento en uno de los sillones y veo como Rick reparte las cervezas. Chloe ríe junto a Mateo y esta choca con mi mirada. Percibo en ella una sombra de culpabilidad, pero luego su sonrisa vuelve a su rostro, tan ancha como siempre. Veo a Lana subida a una silla y comienza acomodar unos discos azules pagados en la pared, curiosa la observo preguntándome que hacia.
"¿Cerveza?" me ofrece sentándose a mi lado.
"Gracias, pero no bebo" Luke me mira sorprendido; su boca se abre y cierra "¿Que?" esbozo un sonrisa.
"Nada... Solo que... Es raro ver a una chica que no beba hoy en día. Es como ver a un unicornio" frunzo el ceño.
"Estas en presencia de un unicornio, Luke" este me sonríe y niega con la cabeza.
"También hay bebida, por si quieres" asiento y este se pone de pie sonriendo.
La música comenzó a sonar y Lena baja de la silla para poner unas luces frente de los discos. Por un momento, me parece que estoy realmente mirando el océano, las paredes se tornaron de un azules marino y zigzagueaban al ritmo de la música. Mi cuerpo se queda sin aire de golpe, me quedo muda y llena de asombro por su belleza. Lana y Chloe comenzaron a bailar dejando a sus cuerpos como sombras que giran entorno a una fogata; ligeros y precisos como una pluma dejándose llevar por el viento.
"¡Ven, Kennedy!"
Me levantó y voy con ellas. La alegría se apodera de mi y comienzo a disfrutar en verdad. Miro mis manos y las figuras zigzagueantes se encontraban en toda mi ropa. Chloe toma mis manos y me arrastra esbozando una sonrisa que me confunde.
"¿Recuerdas la carrera que me ganaste cuando eramos niñas?"
"¿Cual?"
"La que ganaste"
"¿Cual de todas?" sonrió y este rodea los ojos.
"Bien, Bien... Quiero la revancha"
Hago todo lo posible para no reírme a carcajadas y asiento con una sonrisa. Chloe lanza un pierna hacia fuera y empieza a estirar exageradamente, esta vez la risa sale por si sola.
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Amar o Ganar ©
Teen FictionKennedy Morgan es una chica de diecisiete años que vive con el peso de recordar el cuerpo de su mejor amigo muerto en el viejo campamento donde paso gran parte de su niñez. Lo que no sabe es que después de cinco años se volverá a reencontrar con su...