C20: Hemorragia.

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CAPITULO SIN EDITAR. 


Llevaba horas mirando la lluvia, era como si no tuviera fin y aunque el sonido que provocaba al caer me relajaba no lograba dormir. Me volteo para ver a Chad durmiendo sereno, mis ojos van a su torso. Es delgado, pero con el cuerpo bien trabajado, acaricio el brazo que rodea mi cintura y subí mi mano hasta sus cejas y pestañas, me detengo cuando una punzada en el abdomen se instala bruscamente. Cada vez me sentía mas débil y fatigada, pues no había comido desde el desayuno. Vuelvo a mirar hacia la lluvia y me enfoco en el viejo puente, tantos recuerdos se me vienen a la mente. Niños lanzándose desde ahí, disfrutando, riendo. Y entre esos niños estaban Charlie y yo, corriendo hasta tocar el agua sobre un puente firme y liso. Esta vez solo quedan los recuerdos, ya que aquel puente firme ahora esta por caerse, con hierva enredada entre la madera y con mas de una tabla caída. Pero no esta solo, aquella rueda colgada de una soga lo acompaña en su vejez, balanceándose de un lado a otro por el viento, amenazando con soltarse. Suspiro y vuelvo mi vista a la sala pintada de blanco, repleta de colchonetas y muñecos.

Mi pie se encontraba un poco húmedo y  me alarmo cuando no logro sentirlo, por un momento creo que es el frío pero lo descarto cuando siento que mi pie derecho esta intacto. Saco el brazo de Chad y me inclino provocando que este soltara un gruñido de negación, levanto la frezada y veo una mancha oscura en la venda, trato de llevar mi pie donde la luna iluminaba y suelto un grito ahogado cuando me percato que no solo era una mancha, era la venda completa con sangre.

"¿Que pasa?" susurra soñoliento. No respondo, espero que el lo vea por si mismo "Mierda" se levanta y enciende la luz, corre hacia mi con el botiquín y se sienta de la misma manera que esta tarde. Hago una mueca cuando mueve mi pie hasta su regazo "Sacaré la venda" susurra mientras cierro los ojos, mi cuerpo se estremece cuando saca el último enrollo de la venda. Chad suelta una bocanada de aire y me trae un mal presentimiento "No te muevas preciosa" a pesar del apodo su voz sonó ronca y demandante. Abro mis ojos y me tapó la boca con mis manos al ver mi pie completamente hinchado y con sangre seca desde mi tobillo hasta la puntas de mis dedos. Y la nueva sangre no tarda en salir.

"Dios..." Chad acaricia mi muslo mientras lee un frasco con etiqueta roja "¿Que es eso?"

"Alcohol de romero, pero no sirve para las infecciones" «¿infección?». busca nuevamente en el botiquín, saca otro frasco con etiqueta verde y sonríe satisfecho. Con un algodón limpia mi pie con agua oxigenada "Estas perdiendo mucha sangre." refunfuña y agrega la sustancia del frasco verde y me muerdo el labio al sentir que ardía "¿Te duele mucho?" niego con la mandíbula apretada. Lo último que quería era que se preocupara. Siento como venda mi pie, esta vez mas fuerte y ajustado "Estas pálida" al mismo tiempo siento como un mareo viene y me aferro mas al sillón buscando estabilidad, abro los ojos y veo como la habitación da vueltas. Cierro los ojos nuevamente. Es demasiado rápido "¿Estas bien?" no respondo y apoyo mi cabeza en el sillón, una mano fría toca mi frente y lo ultimo que veo es a Chad correr por la puerta de la sala ¿A donde iba? ¿No se daba cuenta lo peligroso que era salir afuera? 

Cada vez me resulta mas difícil respirar, el dolor en el abdomen aumentaban, los mareos no cesaban y las fuerzas se iban. Me siento dejando mi pie herido en el suelo, trato de levantarme e ir por Chad. Este aparece con el ceño fruncido y un balde en su mano, lo deja a un lado de el sillón y me vuelve acunar en sus brazos.

"¿Que intentabas hacer?" cubre mi frente con un paño húmedo y siento alivio.

"Ir a buscarte" mi boca se seca y veo la sonrisa enternecida de Chad.

"¿No puedes estar un minuto sin mi, he?"

"Callate" golpeo su pecho sin fuerza y me escondo en su cuello. Hago una mueca al no sentir absolutamente nada desde el tobillo hacia abajo. Me apretujo mas en su pecho. Tenia miedo, miedo por mi pie y por la sangre que había perdido.

Amar o Ganar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora