S I E TE A Ñ O S A T R A S...
Veo como juega con un lapicero mientras espera mi respuesta. Justamente la que no daré.
"Kennedy, solo quiero saber el motivo porque golpeaste a Rusty" juego con mis dedos y me encojo de hombros "Debe haber algún motivo. Eres una excelente alumna, pero desde que acabaron las vacaciones has tenido comportamientos impropios de ti. ¿Es por Charlie Cameron?" me obligo a reprimir lanzarle el teclado de su computador por la cabeza "¿Te han molestado?" niego con la cabeza y suspira "Llamare a tu padres. Puedes retirarte Morgan"
Genial, otro problema mas para mis padres. Cierro la puerta de la dirección y por largos minutos me pierdo en el pequeño asiento donde solía esperarlo, verlo salir con una sonrisa triunfante. «¿Desde cuando la chica huracán deja pista alguna?». Esas simples palabras me provocaba alivio, esa sonrisa y esas pregunta solo significaba una cosa, estábamos fuera de peligro y problemas. Increíble que ahora era yo la que los provocaba y esperaba verlo sentado ahí.
No pude evitar golpear al cabeza de zanahoria cuando me repetía lo estúpida y rara que era, tampoco pude evitar sacarme el anillo de fantasía que adornaba mi dedo cuando ya se había estrellado en su nariz. yo solo me defendí, ¿que hubieran hecho ustedes en mi lugar?
Desde que se fue Charlie, no he vuelto a ser la misma, deje de crear bromas, reír y participar en clases. Solo me dedicaba a reposar mi cabeza entre mis brazos y ver por la ventana enrejada, era la única manera de olvidar su ausencia.
El timbre llega a mis oídos y me levanto para salir de la jaula, digo aula, pero no cruzo esa puerta sin antes oír una reprimenda de mi profesora de ingles. Compro mi almuerzo saludando a la cocinera con la sonrisa de siempre, me siento en una mesa apartada del resto como siempre. Juego con mi comida sin tocarla, como siempre.
Siento una bandeja chocar contra mi mesa, levanto la mirada en busca de un idiota que quisiera burlarse de mi, me sorprendo cuando me encuentro con una chica.
"¡Hola!" su cabellera rubia estaba tomada por una trenza y adornada por una cinta entre medio "Soy nueva..." dijo desanimada mirando a su alrededor "¿Puedo sentarme contigo?" abro mis labios para negarme pero ella se sienta con una mueca observando la bandeja "Que asco, ¿enserio comerás esto?" me pregunta explorando entre la comida con el tenedor, me encojo de hombros "Se que puede mejorar este horrible sabor" afirma corriendo hacia la salida del comedor dejando la bandeja en la mesa, miro por varios segundos hacia la gran puerta y luego a la comida frente de mi. ¿De donde salio esa chica?.
"Hey, miren la chica médium" Troy y su manada aparece en mi visión "¿Ahora le compras la comida a tu amigo muerto?" cierro mis ojos.
Decido levantarme para irme pero una silla rechina, una rodilla pálida se apoya en esta y deja la gran mochila que colgaba de su hombro en la mesa inclinándose hacia Troy con una sonrisa.
"Hola Troy, ¿Como estas de tu infección al riñón?" la sonrisa de burlón se le esfuma y frunzo el ceño "Tu mamá dijo que fue por tocarte mucho ahí" apunto su parte intima y sonríe con inocencia esta vez. Troy traga saliva mirando a sus amigos y se fue sin decir nada. Volví a mirar a la chica rubia que se volvía a sentar tranquila "Es mi vecino, el rumor fue avanzando por las chismosas de mis vecinas. No es mi culpa que con doce años ya este tan necesitado." levanta sus cejas, una sonrisa fugaz sale por mis labios "¿Ves gente muerta?" pregunta emocionada y niego con la cabeza "Entonces es verdad que tu amigo murió" abro los ojos por su comentario tan abrupto "Mis padres también fallecieron" el tenedor inmóvil en mi mano cae en la mesa dejando un silencio entre nosotras, veo como saca tranquilamente una caja de dulces "¿Quieres uno?" niego aun con los labios abiertos "Mi madre decía que un dulce era suficiente para endulzar la vida. Desde que murieron como uno o dos cada día" trago saliva.
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Amar o Ganar ©
Teen FictionKennedy Morgan es una chica de diecisiete años que vive con el peso de recordar el cuerpo de su mejor amigo muerto en el viejo campamento donde paso gran parte de su niñez. Lo que no sabe es que después de cinco años se volverá a reencontrar con su...