Olas de maldad: parte 2

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De un golpe Harris abre la segunda puerta, mira a su alrededor y el escenario da un mal sabor de boca, al pasar por ella al instante se queda quieto deteniendo más atrás a Jennifer y a Michael. Jennifer abraza a Michael intentando no ver aquella circunstancia. Había un hombre en la mitad de la sala con una mirada desafiante, emanaba esa sensación que es capaz de hacer cualquier cosa, sostenía un arma que apretaba con las dos manos; personas rodeaban alejados con el temor de ser aquel que reciba la bala dejando escapar la vida atreves de sus ojos, pero eso no mantiene en suspenso a los tres amigos, en realidad es ver que ese hombre a punta a la cabeza de Morfeo Green que se encontraba con ambos brazos levantados en silencio porque el que tiene el arma manda y su otro amigo Max Ross sufriendo al borde de la muerte arrojado en el suelo con una herida de bala en su abdomen, desangrando poco a poco. Con su mano manchada aun con sangre detuvo a Harris que había entrado con prisa. Su mirada explicaba su dolor; al ver los ojos llorosos de Jennifer, el mismo casi rompe a llorar, pero se detiene a mirar la luz blanca que cuelga en la pared—déjame atender a mi amigo—dice Morfeo de manera pasiva para no dejar que una bala escape y duerma en su cabeza—no me importa—grita aquel hombre acompañado con unos gritos de algunas mujeres. En ese instante de un golpe se abre la puerta de cirugía dejando entrar a Christian Palmer aun con guantes en manos, asustado también observa la escena, impotente mira a su alrededor. Detiene su vista al ver a Harris que con su mirada le dice <<no sé qué hacer>>. Aquel hombre con desesperación pasa el arma por su cabeza mientras grita palabras de un hombre iracundo, haciéndose preguntas así mismo<< ¿Qué hice? ¿Ahora qué hago? Solo fue un accidente>>.

No era agradable a la vista ver un amigo que le apunten a la cabeza y el otro en el suelo desangrando, mientras que las luces de la navidad decoraran aquella agonía. Christian se acerca poco a poco mostrando ambas manos a aquel hombre y con cada paso sentía como el miedo se iba lentamente, mientras que su mente le decía<<ya lo estás haciendo, no hay que detenerse ahora>>a unos pocos metros, aquel hombre mueve su arma hasta Christian y de un grito lo detiene—para ahora—sin pensarlo se detiene y deja fluir las palabras de su boca—solo vete, no tienes por qué hacer esto, solo hacemos nuestro trabajo—su ¿trabajo?—grita aquel hombre alterado—su trabajo era salvar a mi hermano—Harris es el próximo al dar los pasos lentos, y mientras lo hace dice—mira a tu alrededor, todo necesitan ser salvados en días como estos—era inevitable no ver a las niños quemados que observan con temor y las madres aun conlágrimas en los ojos, aquel hombre siente culpa, pero no remordimiento; en ese tiempo su mirada dan rumbo diferente, Christian y Morfeo se preguntaban lo mismo<< ¿logramos aliviar la situación>>en unos segundos Morfeo voltea su mirada hacia Max que aun yace en el suelo con su mirada casi sin vida y débil. Christian la voltea hacia Harris que le dice con su mirada<<peligro>>Cristian no tarda en ver a aquel hombre que le apunta con una sonrisa en una en su rostro. Aquel hombre aun sentía miedo, pero el poder lo controla en ese momento. La mirada de Cristian expresaba temor sus manos temblaban y como no hacerlo si lo único que podía ver era el profundo y oscuro orificio que amenaza su vida—ahora muere—dice aquel hombre sin ninguna expresión en su rostro, frío y sin sentimientos.

Morfeo voltea al instante al escuchar aquella palabras, el observa aun con temor a Christian y solo ve un rastro de sangre que se atraviesa por su periferia<<que raro, no escuche disparo>>se pregunta en ese instante. Después de unos segundos se escucha la detonación, y lo único que cae son fracciones del techo que caen al suelo y ensucian los cabellos oscuros de Cristian y Morfeo. Voltean su mirada, Max no se encontraba en ese charco de sangre, si no encima de aquel hombre, los dos arrojados al suelo, Morfeo, Cristian y Harris no tardan en agarrar aquel hombre con fuerza y sin darle unos buenos golpes. Jennifer y Michael corren hasta Max que deja caer su mano lentamente de la herida, desesperados aplican primero auxilios, y con ayuda de algunas enfermeras lo suben a la camilla, mientras que Jennifer le repite—todo estará bien—la policía llega, Harris y Morfeo entregan aquel hombre que los mira con odio; los colores de la luces navideñas son cambiadas por las sirenas de la policía y algunas ambulancias que llegan a ayudar, algo tarde, pero ayudan a atender a los pacientes.

La navidad de aquellas personas fue marcada para siempre; como un día horrible lleno de sangre, una ola de maldad los ataco y no se dejaron caer en la desesperación, mientras que la luna se esparce con el sonido y luces de ambulancias y sirenas de policía; Christian se mantiene en la segunda puerta, algo destella en su vista, se acerca intrigado, a ese charco de sangre donde estaba Max y lentamente recoge eso que brilla; hace girar ese anillo manchado de sangre y con el padre nuestro marcado que atentamente lee al son de las luces y el sonido del fondo; después de detenerse dice mirando a la tercera puerta—ojala estés bien amigo.

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