En las puertas del velo: parte 2

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Caer, eso hacia mientras mis manos se arrastran por el frió suelo dejando atrás la imagen de los médicos viendo mi cuerpo sin vida. Ese retrato se esparce mientras me alejo. Después todo ello se va dejándome con una luz. No era una luz blanca perfecta lo que veía, era una azul, una verde, una roja, una amarilla y las mismas combinaciones y tonos de estos colores, mezclado con humo en forma de nubes que yacen debajo de mis pies descalzos, mientras caía, como si de un edificio saltara con total voluntad y tranquilidad. Sentía que volaba; era como estar drogado. Mientras me decía en esa sensación de despojo de sentimientos<< le tenemos más temor a la muerte que al dolor. Es extraño que teman. La vida duele mucho más que la muerte. Cuando llega el dolor termina>>.

Duro muy poco para sentir un total clímax. Cada sentimiento que causa dolor llega de golpe y al son de los golpes, los colores y formas cambian. De un golpe Tristeza, el azul por un gris. Angustia, el verde por oscuridad en forma de árboles sin hojas. Amor, amarillo por una luz blanca tenue que se esparce por todo el lugar. Miedo, rojo en forma de tierra oscura que llega a formar el suelo de mi infierno. Caigo en la arena. De mi boca sale humo de un frio que me atrapa en cuestión de segundos; sin nada que ver, solo abundantes árboles, me pongo de pie con esa ropa de hospital manchada con sangre mezclada con sucio barro donde he caído. La desesperación causa que corra. Y lo hice, corrí, corrí y corrí hasta que las plantas de mis pies dolieron, pero a un así corrí una vez más, en todas las direcciones lo hice, pero era eterno. Dejo caer mi cuerpo o alma, en un árbol que parece podrido mientras me arrastro sobre digo—estoy solo. La soledad es mi infierno—me coloco de pie débil y tembloroso, miro a lo que debería ser cielo y me pregunto<< ¿Por qué?>>sin recibir respuesta, vuelvo a preguntar, pero con un grito que irónicamente me deja sin aliento— ¿Por qué? ¿Por qué a mí?—dejo caer mi cuerpo en el fango sin dejar de ver hacia arriba. Y las lágrimas empezaron a fluir lentamente. Y así pasaron horas, días. Después de largo tiempo en un instante siento unos pasos que lento se acercan, con una risa burlona de esas de miedo que se esparce como eco. Me levanto apurado, para no perder de vista lo que se avecina, observo temeroso un árbol donde sé que proviene aquella risa. De aquel árbol, de la parte de atrás salen un hombre de traje, corbata, y una gabardina que llega a arrastrarse con el fango, sabiendo la respuesta pregunto lo obvio de manera pausada— ¿Dónde...estoy? ¿Quién eres?—sabes las respuesta—dice aquel hombre manteniendo una sonrisa macabra sin parpadear, en un instante sus ojos se tornaron en una espesa oscuridad—soy un demonio—me mantengo quieto, intrigado, pero no con miedo, ya mis mayores temores los he pasado cuando he muerto—no pareces sorprendido—dice aquel demonio—ya no importa. Pero tengo muchas preguntas—respondo disgustado—con razón me mandaron aquí, puedo oler en esa alma lo que has hecho en vida. Veras serás de vuelto a la vida, tu sacrificio sorprendió a los altos mandos— ¿en verdad?—pregunto sorprendido:

— sí, pero ¿quieres?

— claro que quiero

— pero existe varias advertencias que debo hacerte, vas a notar cambios en ti

— ¿cambios? ¿Qué clase de cambios?

— Solo los más puros de corazón pueden soportarlo, te diré que de esta forma los más oscuros monstruos son creados, vampiros, hombres lobos, y otros que tal vez desconozcas

Era raro escuchar eso, de por sí ya estoy en el infierno ¿qué puede ser peor? No quería pasar ni un momento más en ese nivel de agonía—no estés tan seguro—me responde aquel demonio como si pudiera leer mi mente. Otra cosa—quieres recordar todo esto o simplemente olvidarlo—trago saliva, entre cierro los ojos y digo—esto me hará fuerte así que no, no quiero olvidarlo. Una pregunta ¿Por qué estoy en el infierno?—mmm raro casi nadie pide recordar. Pero sobre tu pregunta Pronto sabrás tu respuesta—dice aquel demonio mientras se un humo aparece de la nada—estaremos en contac...--y antes de que termine sus palabras una luz cegadora me aturde. El silencio cambia a una entonación pegajosa en mi cabeza, conocía esa canción era de one direction, me digo a mi mismo mientras abro los ojos, toda esa oscuridad cambia a una luz de una bombilla. Me sentía diferente a los anteriores días, sentimientos vienen, lleno me sentía, y a la par de la música siento que mi corazón late. Al darme cuenta que a la vida había vuelto, de un salto me levanto, me retiro aquella ficha que guindaba de mi pie mientras observo cajones de metal a mis alrededor. Estaba en la morgue, sonrió aliviado. En ese instante un grito llena la habitación, era Lauren que me ve asustada, dejando caer todo lo que tenía en sus manos. Claro que era ella, es la única que pone one direction cuando trabaja. Mientras se acerca yo repito— sí, estoy vivo— ¿pero cómo?—dice ella con una expresión de intriga en su rostro—no lo sé—respondo mintiendo, mientras los recuerdos del infierno me llegan; me vuelvo a sentir mareado, sentía que todo mi cuerpo se dejaba sucumbir por los recuerdos, sentía que me iba a desmayar, coloco mis manos en aquella fría mesa. Sabiendo de lo que iba a pasar digo—Lauren atrápame—y mi cuerpo cae como manzana de un árbol; pero en vez de caer sobre el suelo caigo sobre una brazos que me sostienen temblorosos; mientras yo caigo desplomado.

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