La graduación

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Existen variadas palabras que funcionan para iniciar una conversación, lo normal sería un <<hola, ¿Cómo estás?>> y preguntas otras cosas que no son realmente de tu interés. Esto piensa Max cuando las palabras de "querer invocar un demonio" salen de su boca sin ningún cuidado. Sam solo permanece en silencio con un gesto que esta entre estar permanecer incrédulo y sorprendido. Y como no ha de estarlo eran las diez de la noche casi, después de un despertar escuchar esas palabras en tu oído sentirías que es una especie de broma, pero la voz de Max expresa que lo que dijo es en serio; Sam agarra sus gafas que están a lado de la lámpara que encendió, cuando sus ojos se lograron enfocar, fija su mirada en una librería llena de libros algo desorganizados que estaban en aquella habitación algo desaliñada, gira un poco su cabeza y centra su mirada en un libro totalmente negro con algunas desgarraduras que muestran su uso y lo viejo que es—creo que tengo algo—dice Sam con una sonrisa perspicaz

— dime donde estas

— en el hospital

— clásico (acompañado con su risa)

Max le entrega la dirección, ese hospital se encontraba algo cerca de la universidad donde estudia Max, no era difícil de encontrar. Sam le asegura que llegara, la verdad él estaba algo emocionado. A las horas de la llamada, acompañadas con algunos juegos de celular que Max descarga para ser a un más paciente; solo se podía oír el sonido de aquel celular por los pasillos tranquilos de aquel hospital, tan solo unas voces a lo lejos que se trasportaban por el eco acompañado con el sonido parecido al que escuchaba Max justo antes de morir. En unos segundos después de que Max se aburre de aquella monotonía, un sonido de unos pasos se escucha detrás de aquella puerta. Se acercaban y se detienen atrás de ella, Sam la abre mientras que Max mira intrigado sin saber quién es; al hacer abierta completamente Max dice—me asustaste—él se coloca de pie y algo paranoico cierra la puerta, pero antes mira por los dos lados del pasillo—me vas a contar que sucede—dice Sam quitándose un bolso que traía a su espalda, mientras ve cómo el actúa algo asustado; Max respira hondo cuando le pide que se siente. Tiene la suficiente disposición para decir todo lo que vio y sintió; y encontrando las palabras correctas pregunta:

— ¿crees en el infierno?

Sam hace una breve pausa, mientras se acomoda en un sillón al frente de Max, vuelve a su rostro esa sonrisa suspicaz. Cuando se acomoda sus gafas responde—claro que si, sino no estuviera aquí—en ese instante Max deja que la historia salga de su boca con palabras al azar que expresan cada uno de sus sentimientos en cada uno de los recuerdos. Al acabar, Sam permanece en silencio acompañado con una respiración profunda. Después de asimilar todo aquello que vino de golpe dice—bueno vamos a ello—Max no esperaba esa clase de respuesta después de haber contado todo aquello que lo atormenta, esperaba una más alejada a su aceptación. Sam antes de explicar cómo será la invocación, de su mochila saca varias cosas, pero una de ellas Sam se la entrega a Max, es un dispositivo cuadrado con unas luces que van desde verde a rojo, parecía una especie de voltímetro muy sofisticado, al menos eso pensaba Max—eso es un detector de EMF de Actividad Paranormal—dice Sam mientras señala aquel dispositivo—este lo he modificado, con la ayuda de algunos ingenieros; para que por el mismo elimine todas las posibles fuentes de alimentación externas que lo que harán es servir como interferencia, la actividad paranormal generalmente se registrará en el rango de 2,0 a 7,0 mili gauss, pero a este también lo modifique para que detecte a un mas o algo más específico--¿Cómo sabes esto?—pregunta Max sin dejar de ver el detector—antes quería ser caza fantasma—contesta Sam algo avergonzado por su respuesta. Max no lo recibe mal solo era lo más normal que había oído en todo el día.

Sam saca aquel libro de su bolso y lo abre en una página específica y lee en voz alta—A través de éste ritual cualquier demonio puede responder a la invocación sin importar su rango o poder. Es comúnmente utilizado en la hechicería. Requiere dos velas negras, dos blancas y una roja encendidas—el saca cada una de su bolso entregándoselas a Max—y posicionadas sobre las puntas de la estrella de un símbolo oscuro, mejor conocido como El Sigilo de Baphomet— ¿el sigilo de qué?—pregunta Max—es esta—le contesta Sam mostrándole un dibujo de aquel libro con sus páginas algo cafés. Max traza aquella estrella en la baldosa blanca con una tiza negra que le entrega Sam—en su centro se coloca un plato con el resto de los ingredientes mezclados, antes de iniciar con el conjuro se debe decir: Ad ligandum eos pariter eos coram me—Sam saca del bolso una olla a medio quemar, dentro de ella lanza unos cuantas ingredientes que saca de una bolsa. Lo coloca sutilmente en medio de aquella estrella, los dos se alejan, con un pedazo de papel que tiene en el aquellas palabras tan difícil de pronunciar la primera vez.

La Vida Entre El Cielo La Tierra Y El Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora