Capítulo II.

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— No necesito tu ayuda — dijo en tono firme.

— Preciosa, claro que necesitarás mi ayuda, no conoces estos rumbos.

— ¿Siempre eres así de irritante?

— ¿Siempre eres así de encantadora?

Marinette ya quería matar al chico. No llevaba no una hora de conocer y ya se había dado cuenta de algo: él era insoportable, pero, también era fácil de convencer, bueno... En algunos casos.

— ¿Por qué no mejor te quedas aquí y me dejas continuar?

— Te dejare ir...

— ¿En cerio?

— Sí, pero primero, Respóndeme una cosa.

— ¿Cuál?

— Mira a tu alrededor, dime, ¿reconoces alguna cosa de tu amada París?

Marinette volteo, odiaba admitirlo, el París donde se encontraba era sombrío y estaba casi totalmente destruido, no se parecía en nada al que ella conocía, pero se mantenía firme ante su terquedad.

— Vuelve al búnker, me las puedo apañar sola.

—  Está bien, preciosa, pero dime, si eres esa tal "Ladybug" tienes que tener un compañero, ¿verdad?

Así es.

A ver, ¿y cómo se llama?

Chat Noir.

No, me refiero a su nombre real, ¿sabes cuál es, verdad? — levanto una ceja.

— ¡Por supuesto!

Dime.

Marinette guardo silencio, él tenía razón, sólo sabía que era rubio y de ojos verdes, y eso no era de mucha ayuda ya que al menos un 15% de la población francesa es rubia y de ojos claros.

Eso pensé, necesitas mi ayuda, no conoces nada sobre el París de ahora.

Marinette bufo —. Está bien, me puedes acompañar.

— ¿Qué dijiste? Es que no te escuchedijo burlesco.

No te creas tanto, niño bonito.

— ¿Niño bonito? Me gusta.

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