No Entiendo.

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Me desperté muy temprano, tal vez por costumbre, ya que en aquel instituto teníamos un horario a seguir.
Tomé una ducha, pensé en que ponerme, pero creí mejor preguntarle a Amber. Fui a su recámara y ella seguía dormida.

-¡Amber! -Me tiré sobre ella, reaccionó dándome un golpe en la pierna-, ¡Ay, tonta!

-¡Me asustaste, Daryl! -reímos.

Pasó una hora eligiendo que usar y que me pondría, incluso me prestó uno de sus collares favoritos, ¡si que tenía tantos!, también tantas pulseras, aretes y maquillaje.

Al terminar, me dijo que se iría con sus amigas a una cafetería. Yo decidí ir caminando sola, no quería interrumpirla.

Así que comencé a caminar, recordaba mi casa un poco más lejos, pero increíblemente me pareció más corto el trayecto. Al entrar al instituto, miré un rostro familiar... Que me miró asombrado.

-¿¡Darylné?!

-¡Nathaniel!

Corrí a sus brazos casi llorando. Él era alto, su cabello acomodado perfectamente y vestía de camisa con corbata. Tan diferente a como yo lo recordaba.

-¡Has crecido mucho! ¡Demasiado!

-Jaja ¡al igual que tú! ¡Santo cielo! ¿Dónde está tu ropa sucia? -Reímos.

-Tampoco andaba siempre sucio -suspiró algo irritado-, ¡eso es pasado!

-Sí, sí, lo que digas -respondí dándole un pequeño abrazo más.

Después de eso me llevó a la sala de delegados para terminar con mi papeleo. Al parecer cada alumno pasaba por esto. Al terminar nos dirigimos al aula. Mis padres, se encargaron de que yo esté en la misma clase que Amber y Nathaniel. Ya que en aquel instituto pude saltarme un año.

-Buen día, alumnos, tenemos aquí a una compañera nueva -me presentó un profesor. Los murmuros se hicieron escuchar, tal vez mucho: "¿No creen que se parece a...?" "¿Amber?" "Igual es una rubia"

-Hola -sonreí-, soy Darylné, espero llevarme muy bien con todos.

-Puedes tomar asiento, con... Rehita, por favor.

Me señaló a la chica, y me fui a sentar.

-¡Hola! ¿Darylné, no? -Asentí sonriendo-, soy Rehita, un placer conocerte, así que serás mi compañera por hoy... Ya que Priya no vino.

-Oh, el placer es mío, Priya es tu compañera, me imagino ¿no?

-No solo mi compañera, pero eso es un secreto -ríe leve.

-Ya veo, creo que entiendo -sonreí de nuevo.

Al finalizar las primeras clases, Rehita me llevó al patio, ahí nos esperaban algunas de sus amigas.

-Veamos -dijo Rehita cuando me estaba presentando-, ella es Kim, Violeta, Iris y Lynn.

-¡Hola, soy Darylné! Espero que nos llevemos lo mejor que podamos.

-¡Un gusto, Darylné! -Exclamó la que dijo ser Iris.

-Que bien, ¿de donde vienes? -preguntó Lynn.

-Oh, estudiaba en otro instituto, en... Inglaterra.

-¡Vaya, tía! ¡Que lejos! -Exclamó Kim.

-Sí, lo está -sonreí.

-¿Y eso que regresaste? -Volvió a preguntar Lynn.

-Ya había terminado mis estudios ahí y mis padres prefirieron que yo regrese.

-¿Eres hija única? -Rehita le dio un golpe a Lynn para que ya guarde silencio con las preguntas-, auch, vale, ya me callo.

-Jaja, no... De hecho mi herm...

-¡¿Darylné?! -Miré a Ambér mirándome muy molesta-, ven aquí.

-¿Ah? Va... Vale -miré a Rehita y a las demás, estaban algo sorprendidas.

-¡Oye, Ambér no vengas a gritarle a Darylné! -Exclamó Rehita hacia mi hermana.

-¡Cállate!

Me quedé sin entender que sucedía aquí. Amber tomó mi mano y me llevó con ella.

-¿Amber? ¿Qué pasa?

-Ay, ni te lleves con esas idiotas.

-¿Ah? ¿Por qué? -Ella me miró y resopló.

-¿Qué no es obvio? Son tan inferiores a nosotras, recuerda que ni por lástima debes hablarles.

-¿Qué? ¡Pero no entiendo el porqué!

-Ay, vamos, Darling, ellas no saben lo mucho que vales y lo hermosa que eres. Son unas plebeyas.

-¿Qué?...

En eso sonó el timbre indicando la segunda ronda de clases. Amber dio media vuelta y se fue dejándome ahí confundida.

La Mini AmberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora