III. IV

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Todo ocurrió tan rápido, que Sungyeol no pudo entender bien lo que había pasado.

Un segundo Myungsoo trataba de salir del lugar y al siguiente lo había puesto sobre su mesa, le había abierto la camisa y besaba cada centímetro de piel que podía alcanzar; chupando y mordiendo, acariciandola con su lengua. Sus dedos vagaban de arriba hacia abajo por los muslos de Sungyeol, que era un lío de gemidos.

Y las palabras que le susurraba entre besos, lo clamaba como suyo, diciéndole exactamente lo que haría con él.

Atrás quedó el inseguro Myungsoo y en su lugar Sungyeol fue tomado por un hombre que sabía exactamente lo que quería, con una pasión ardiente en sus ojos que Sungyeol nunca había visto antes.

Fue una experiencia totalmente nueva. No era comparable a su primera vez. En aquel entonces había sido dulce y cuidadoso, seguro. Ahora era emocionante y brusco y mientras que la última vez Myungsoo se había ocupado de las necesidades de Sungyeol, ahora todo parecía ser sobre si mismo. Aunque Sungyeol no tenía queja alguna. Obtuvo su parte justa de placer.

Ni siquiera importó que cuando Myungsoo lo tomó, fuera empujado con fuerza contra la mesa una y otra vez. Todo lo que importó fue el cálido aliento del maestro en su cuello, sus gruñidos y gemidos cerca a sus oidos y la sensación de tenerlo dentro de él. Una mano de Myungsoo en sus caderas y la otra acariciándo su zona más íntima.

Sungyeol llegó pronto a su límite y no pasó mucho tiempo hasta que el clímax también se apoderara de Myungsoo. Aunque este había salido de él justo antes de hacerlo y todo cayó en la mesa junto a Sungyeol. Myungsoo no se alejó, en su lugar se quedó allí por un momento y trató de recuperar el aliento. Para Sungyeol esto sonaba extremadamente sexy y si no hubiera estado tan agotado habría ido por una segunda ronda.

Tan pronto como la respiración de Myungsoo se normalizó, este se apartó y con un poco de magia el lío que había creado con Sungyeol había desaparecido. Se subió los pantalones. Mientras lidiaba con su cinturón, Sungyeol se había incorporado y subió la cremallera de sus propios pantalones.

Cuando Myungsoo finalmente se colocó bien el cinturón, miró a Sungyeol con una expresión neutra.

"La detención ah terminado"

Sungyeol se le quedó viendo con incredulidad. Después de lo que había sucedido ¿era lo único que se le ocurría?

La ira creció dentro de él, especialmente cuando Myungsoo empezó a mirar a cualquier otra cosa que no fuera él y a acomodarse el dobladillo de su camisa.

"¿Pero qué dem..." comenzó Sungyeol, pero fue interrumpido por un breve pero dulce beso en los labios. Se calló inmediatamente y sintió sus mejillas ruborizarse.

Myungsoo le sonrió con timidez y apartó un mechón de cabellos que caía sobre los ojos de Sungyeol.

"Buenas noches" susurró con amor "Sungyeol"

El maestro presionó otro beso contra sus labios, reunió sus cosas y salió de la habitación, dejando detrás a un Sungyeol que parpadeaba rápidamente y no entendía que demonios había sucedido.

Sungyeol se quedó allí, mirando la puerta que había sido cuidadosamente cerrada por la persona que acababa de salir. Se inclinó un poco sobre la mesa detrás de él cuando se sintió un poco mareado y a sus rodillas algo débiles.

Cuando por fin salió de su aturdimiento, terminó de vestirse lo mejor posible, tomó su mochila y también salió del salón de clases. Sin embargo, no regresó a su sala común. En su lugar, se sentó en una alcoba en su camino y se quedó mirando por la ventana los terrenos oscuros que rodeaban el castillo.

Teach Me (Magic) Love     (Traducción)Where stories live. Discover now