Introducción a La Angustia

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Para introducir a la cuestión de la angustia, es principio básico y fundamental, recurrir a la definición de padecimiento y dolor; sobre todo en su diferenciación. Estos conceptos, bien propios de la medicina, que luego son trabajados por la clínica psicoanalítica, entre tantos otros rubros de la salud. Hacen su aparición en la Patología Médica, y nos introducen los conceptos de que: el dolor es un estado vital del paciente, y que el padecimiento es un estado emocional, que puede perdurar, hasta incluso después de la enfermedad.

Es por esta razón, que a nivel psicológico, llegamos a la conclusión de que el padecimiento está acompañado de un determinismo angustioso simple, pero arraigado a sus raíces. Por lo que se nos imposibilita extirparlo rápidamente, y sin dejar huellas. La búsqueda hacia la causa de nuestro padecimiento, generalmente, radica en hechos pasados que todavía no han sido resueltos para nuestro inconsciente. Por lo que es clave, aventurarse en el conocimiento de las bases que sostiene esa pena, a través de la búsqueda de acabar con el dolor. Generalmente, es de total fiabilidad recurrir a la atención clínica para resolver dichas inquietudes, sin embargo, múltiples motivos hacen que nos desanimemos y convivamos con un problema dentro nuestro, que con el pasar de los años, irá dejando marcas en nuestra conducta.

La multiplicidad de variantes a la hora de recurrir a un tratamiento, son también otras de las cuestiones que, a la hora de radicarse en una opción terapéutica, actúan de freno. A pesar de eso, con el pasar de los años se ha incrementado notablemente la cantidad de personas que toman terapia aun así es de severa importancia para el campo clínico, invitar a desenmascarar a aquellos que padecen, y que, por diversos motivos, todavía no se han aventurado.

A razón de querer desenmascarar las penas surge el apotegma de brindarle este espacio al lector, con fin de invitarlo a auto descubrir sus padecimientos latentes, que están a la espera de ser descifrados, pero a sabiendas de emprender un camino, que para muchos puede volverse aterrador. Debido a que solo los más valientes, se adentran en el camino angustioso por descubrir sus pesares, es de leal amabilidad, aconsejar y advertir que la forma más conveniente y éticamente correcta es la de iniciar una terapia de cualquier grado clínico-psicológico.

Comenzando, mencionar la pauta principal que nos conlleva a adentrarnos en un trastorno angustioso y que puede acabar en una depresión, de moderada a severa, con los riesgos que estas implican. Es por eso, la obligación de proceder ante los cuadros depresivos, que generalmente vienen acompañado de una sintomatología, y es esta la que nos permite diagnosticar.

Buscar identificar los síntomas es el primer paso, es el inicio de un largo camino, debido a que es el llamado de atención que nuestro cuerpo, mediante distintas sensaciones, nos hace experimentar. Tendencialmente hablando, no podemos obviar, el novedoso, pero no nuevo "ataque de pánico", anteriormente conocido como ataque de ansiedad, muy usual en este posmodernismo. Trastorno cuyo origen patológico radica en la angustia y cuya extirpación, a través de distintos tipos de terapia insight o cognoscitivas conductuales, radica en la tarea desenmascarar la causa angustiosa, como veníamos hablando.

Es trabajo del psicoterapeuta codificar, lo que se considera entente para los oídos del paciente, pero que sin embargo tiene un marco conceptual de los significantes fundamental para el avance de la terapia. Es por eso que, ante estos casos en particular, resulta difícil encontrar la causa angustiosa sobre sí mismo, por lo que es recomendable solicitar ayuda a cualquier persona, aunque no entrenada, que acceda a escuchar nuestro relato, y si fuera posible, nos permita reflexionar, sin cuestionar nuestra caracterización de los hechos.

Actuar como figura ideal del Otro es una imposibilidad realizada en los estándares culturales que nos impone la sociedad, sin embargo, la rotulación y el posicionamiento ideal, actúan sobre nosotros como una manta blanca, que espera proyectemos en ella nuestros deseos, ilusiones, frustraciones y problemas, como a la vez, está atenta ante cualquier advertencia que pueda dejar rastros nocivos y dañar nuestra conducta.

Por la imposibilidad de teorizar la aplicación completa frente a cada problemática específica, utilizaremos este texto como introductor a la temática de la angustia y la seguiremos, en su aplicación, desarrollando metodológicamente, a través de cada agrupación en particular. 

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