Te echo de menos. Echo de menos los mensajes de texto que nos enviábamos sobre cualquier cosa estúpida que sucedía en nuestra vida. Extraño la manera en que las personas me preguntaban dónde estabas cuando no ibas conmigo porque todos sabían que no podíamos salir sin la otra. Echo de menos reír contigo de todos nuestros chistes. Echo de menos que con una sola mirada sabíamos lo que estábamos pensando exactamente. También extraño a tu familia y la forma en que solías ponerme al tanto de cada acontecimiento que te sucedía con ellos. Echo de menos saber que siempre estabas ahí para mí, para apoyarme, sin importar qué tan mala podía ser la situación. Yo siempre sabía que ahí estarías tú. Extraño a mi persona favorita, a mi otra mitad... No me gusta que las personas me pregunten cómo estás, porque realmente no lo sé. Odio no poder contarte las miles de cosas que me han pasado en este tiempo, al igual que tú a mi. No me gusta que tu cara, la cara que estaba tan acostumbrada a ver todos los días y a todas horas, se haya convertido en una más entre la multitud. Estoy triste porque no sé a dónde ir a partir de ahora. No sé que decir. Realmente no pasó nada para que todo haya cambiado. ¿Cómo puedo evitar la terrible sensación de saber que ya nunca me llamarás? ¿Cómo podemos encontrar una solución que recupere nuestra amistad con la misma facilidad con la que nos separamos?