Aceptar las cosas aunque duelan es la única forma de avanzar.
No sirve de nada que te engañes.
Cuando negas las cosas que duelen, te duelen dos veces, una cuando las negas y otra cuando te explotan en la cara.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es…
remedio.
No le tangas miedo a lo que venga, o si, pero animate a enfrentarlo, no lo niegues, si sabes lo que va a pasar contalo, y cuando tengamos las cartas vamos a ver como jugamos, pero no sirve de nada que hagas trampa en el solitario.