(***)
Tres meses después...
Desperté al oír la alarma que estaba en el buró. Oh, no... tarde otra vez. Llevé una mano a mi frente y gemí por el sueño que se negaba a dejarme. No quería levantarme temprano, anoche me había desvelado lo suficiente como para dormir hasta tarde. Suspiré con fuerza y tomé asiento en la cama, sujetando la sábana blanca contra mi pecho.
Ezra estaba tumbado a mi lado, sonriendo abiertamente ante mi apuro, sin duda alguna le hacía gracia cuán ridícula podía admirarme cuando se me hacía tarde. Anoche la habíamos pasamos de maravilla, como cada viernes desde que comenzamos a salir — o lo acercado a eso —, aún más a llegar a su apartamento, donde apenas cerramos la puerta no pudimos quitarnos las manos de encima y tuvimos sexo en el sillón, en la barra de la cocina, en su cama... humm, me dolían un poco las piernas, eso iba a hacer un problema para mi ensayo.
—Otra vez olvidé adelantar la puta alarma — gruñó, deslizado sin soltura sus dedos por mi columna vertebral desnuda. Intenté no temblar ante su toque, pero me fue imposible, Ezra era capaz de hacer relucir mis inhibiciones —. Maldita sea, ¿cómo voy a disfrutarte si siempre la pones tan temprano?
—Tienes todo el viernes por la noche para hacerlo — sentencié y busqué mi ropa interior en el suelo
Me vestí con cuidado, percatando los estragos de la noche anterior... sip, Ezra se había puesto un poquito loco anoche y ahora tenía sus dedos marcados alrededor de mi cadera y unos cuantos chupetones alrededor de mis tetas. Lo miré con enojo, él se limitó a guiñarme un ojo con descaro.
No estaba del todo contenta con él, habíamos tenido la misma pelea desde hace tres meses: su falta de interés por llevar lo que sea que tuviéramos a un plano más formal. Nuestras citas eran un asco — si no metías la parte de las escenas +18, claro —, consistían en esperar sentada en el taburete junto a Ray hasta que Ezra se aburriese de sus amigos lo suficiente como para acercárseme.
Vaya mierda.
Ahuyenté esos pensamientos mientras colocaba mi ropa interior en su lugar. No necesitaba eso, no ahora cuando estaba tan de buen humor; además, él no era de la clase de chicos a los que estaba acostumbrada, a los prototipo de príncipe encantador que cautivarían a cualquiera con sus ojos soñadores, estaba con Ezra y él... bueno, él era él.
Ezra depositó un beso en mi espalda, a la altura de mis omóplatos, mientras sostenía mis caderas con fuerza y me atraía nuevamente a la cama. Reí en cuanto le lancé su camiseta, refunfuñó una maldición por lo bajo como respuesta.
—No va a haber nada que te convenza, ¿verdad? Ni siquiera las inmensas ganas que tengo de follarte ahora mismo. — Sus dedos se deslizaron al seguro de mi sujetador y, sin mucho esfuerzo, lo abrieron —. De besarte. Lamerte. Hacer que te corras...
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Emily [LIBRO 1: SAGA E] || ✔
General FictionElla no debió enamorarse de él. Él no debió darle promesas que sabía que nunca podría cumplir. *** Audri Blandler jamás ha roto una sola regla en sus veintiún años de vida, convirtiéndola en el prototipo de chica buena que los padres amarían, pero q...