Domingo

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Azul..

Son las doce y un minuto y la gente sigue llegando.  Al parecer este lugar será muy famoso.  Lo platillos salen cada cinco segundos y yo trabajo con más presión que todos y eso es por...

-ponle un poco mas de cilantro.
-no.  Eso no va ahi.  ¿Que no ves?  del otro lado.
-eso es demasiado.
-es muy poco.

Y así toda la noche. Pero ahora gracias a Dios que me escuchó,  se fue a la entrada del restaurant para hablar con las camaras y demas personas.

-uff...  Parece que el chef te tuviera odio.  Nunca lo vi tratar a nadie de esa manera linda.

Dijo una de las camareras que volvía por un pedido.

Ya siendo las dos de la mañana el lugar ya está vacío solo quedamos los que trabajamos y los de la limpieza.

El chef llegó con una enorme sonrisa y felicito y abrazo a todos menos a mi.

-ahora vístanse merecen una fiesta.

Me sentí menos que nada.

Todos tomaron su ropa para la fiesta y yo me quede lavando mis cuchillos.

El se acerco a mi y cuando creo que me va dar las gracias o felicitarme.  El dice.

-ve a vestirte.  Te espero.

-no iré.

No lo vi pero apuesto que frunció las cejas.

-¿esto es por que te besé o por que toque tu pierna? Superalo Azul.

Y cuando creía que no podía ser más idiota...

-renuncio.

Dije mirándolo fijamente. Giro para tomar mis cosas pero el toma mi brazo.

-no renunciaras.  No puedes.  Esta en el contrato.  Te recuerdo que tienes que trabajar mínimo un mes para mi.
Y sin una buen razón.  Yo no te despediré.  Así que ponte el vestido y vamos a la fiesta. 

No lo hagas Azul.  No te rebajes.  A la mierda.

-quieres una buena razón...  Aquí la tienes.

Le dije tirándole la sobras de la salsa con champiñones que quedaba en toda la cabeza y así manchandole su bonito traje.

Alejandro limpia su cara tratando de quitarse un champiñón de su pelo y me voltea a ver.

-¡¿estas loca?! ¡Este traje cuesta más que tres salarios tuyos!

-¡bien ahora despídeme!.

El se acerco a mi y cuando siento que me va a seguir gritando.  El chef me tomó de la cintura y con una fuerza descomunal. (Por que ya todos saben que soy gorda) me sube a la mesada.
Y me queda mirando tan cerca,  esta tan lindo...
Carajo.

Su respiración es fuerte pero ya no siento su enojo si no que ahora siento otra cosa...  Literalmente.
Se colocó entre mis piernas y pude sentir su excitación.

-¿lo sientes? Asi me pones. 

Eso debió haber sonado asqueroso pero no para mi. Tome su nuca y choque nuestros labios.  El me apretó mas a el y comenzó a desprender mi camisa.  Todo era muy rapido.  No me importaba.  Tenia a uno de los hombres mas sexis excitado por mi no perdería esa oportunidad. 

-mierda Azul.  Eres jodidamente sexy.

Dijo luego de quitarme la camisa.
Quería esto.  Pero...  No ahora y no así.  No soy de esas mujeres.

un bocado tentadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora