un viaje a mi pasado.

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Azul.

Enciendo el motor del auto de Alejandro y él me besa por última vez.

Nos despedimos nuevamente y comienzo a alejarme de su casa en su auto con mi ex ...
Eso seria muy malo en otras condiciones.
Gracias a Dios que arreglamos nuestras diferencias y pude venir sin estar peleada con el hombre al que amo.

-Azul...

Volteo la vista hacia Woods y él está serio, demasiado serio.

-¿qué sucede?.

-¿puedo pedirte un favor?.

-claro. Dime..

-no lo beses frente a mi... por favor. Se que no tengo derecho a pedirte esto pero... duele verte con el.

-lamento que me besara frente a ti... pero no impediré que me bese. En cambio Le diré  que no lo haga, por que de verdad no quiero herirte.

El bajó su vista y dijo un muy despacio "gracias".

El silencio era muy incómodo. Asi que encendi la radio. Una clasica cancion de Aerosmith comenzó a sonar.
Poco segundos después la estaba cantando sin siquiera importarme si Woods me miraba y era exactamente lo que el hacia.

-olvide cuanto te gustaba el rock... también lo increíble de tu voz.

Le sonrío y vuelvo mi vista a la

-si... pues. Lo heredé de mi abuelo.

-o tal vez tu padre tambien cante.

Lanzo un largo suspiro y sonrio al imaginar a ese hombre cantando.

-¿crees que sea mi padre?.

-Az. Si se algo con exactitud. Es que nadie se toma tanta molestia de buscar a una hija. Sin estar seguro de ser su padre.

-gracias por venir conmigo.
¿Tu... tu crees que siga en la ciudad?

-de nada. Haría cualquier cosa por ti.

Me puse roja por sus palabras y luego volvió a hablar.

》habrá que ir a la ciudad y ver si sigue ahí.

-espero que si.

-yo igual Az.

Las tres horas y media que duró el viaje la mantuvimos entre charla de su trabajo y el mio. Me contó que le encantaba ser doctor. Que fue lo que siempre soñó.
Me alegre al ver que pudo lograr su sueño.

-lamento que tu no pudieras terminar la universidad... también lamento no haber estado cuando tu abuela enfermo. Debí estar para apoyarte, debí cuidarte...secar tus lágrimas.
Pero no estuve. Mis estudios eran más importantes que tu... que grandisimo idiota.

-no te trates así. Te habías puesto una meta que alcanzar. Y que tus padres te presionaran tanto tampoco ayudó.
No te mentire me sentí muy sola. Pero nunca lo estuve. Mi abuela siempre actuaba como si nada le doliera. Siempre sonriendo y levantando mi ánimo, cuando yo debía hacer eso.
También estaban mi abuelo y Gise. Fueron mi soporte.

-si... pero si yo hubiera...

-no pienso en el "que hubiera pasado". Si no paso fue por algo.

Woods asiente y señala con su dedo hacia la derecha del camino.

-llegamos.

Suspiro y aprieto más el volante. Estoy nerviosa y Woods se da cuenta.
Pone su mano izquierda sobre mi mano derecha. Lo miro y me regala una sonrisa tranquilizadora.

un bocado tentadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora