Un irritante ruido logró despertarme. Abrí los ojos lentamente, adaptándome a la luz que entraba por las ventanas de la cabaña. Una vez abiertos, miré a mi alrededor, dándome cuenta de que mis cuatro compañeras de cabaña estaban en la misma posición que yo. Nos miramos entre todas, seguramente preguntándonos qué mierda era ese ruido. Me levanté con el ceño fruncido, caminé hasta una de las ventanas y miré hacia fuera, encontrándome con una de las guías haciendo sonar una sirena que tenía en sus manos. Pero qué irritante ruido!
- Qué ha sido eso? - preguntó Perrie con el ceño fruncido. Me dí vuelta para mirarla.
- Es una de las guías, y está jugando con una sirena, de esas que suenan demaciado fuerte - respondí. Jade se paró de su cama y caminó hasta donde me encontraba yo, para luego mirar por la ventana.
- Estúpidas guías, nos van a joder todas las mañanas - dijo enojada. Me reí ante tal enojo al igual que las demás.
- Seguramente quiere que nos levantemos - dijo Jesy mientras reía y se lavantaba de su cama al igual que las demás.
- Y así será todas las mañanas - murmuró Leigh-Anne. Nos quedamos un momento en silencio mientras nuestras miradas se cruzaban. En dónde nos ducharemos?
- Dónde nos ducharemos? - preguntó Jade. Todas reímos. Al perecer todas teníamos la misma pregunta en nuestra cabeza.
- Cuando llegué, ví un cartel con forma de flecha que decía: "duchas", no muy lejos de aquí - nos informó Leigh-Anne.
- Entonces... Vamos! - dijo Perrie animadamente.
El ruido de la puerta abrirse logró que todas nuestras miradas se dirijieran a esta. Entró una de las guías y nos miró.
- Las duchas están cerca del lago. Sólo pueden ir de a una, no todas a la vez - dijo seriamente y luego de fué. Todas nos miramos, nuevamente, preguntándonos quién sería la primera.
- Yo quiero ser la primera! - dije levantándo una de mis manos. Todas asintieron.
- Yo segunda - dijo Jesy.
- Tercera - soltó Leigh-Anne.
- Cuarta! - gritó Perrie.
Jade bajó la mirada - Yo quería ser primera.
- Pues ______ ya lo dijo, así que, lamentablemente, tendrás que ser la última - dijo Leigh-Anne posando su mano izquierda en el hombro derecho de Jade.
- Bueno Jade, te cambiaré lugar - dije riendo. Esta chica es tan dulce que no puedes decirle que no.
- En serio? - dijo subiendo la mirada con una gran sonrisa en su rostro. Asentí - Gracias, gracias, gracias! - dijo mientras me abrazaba. Sonreí.
- Pero hazlo ya, antes de que me arrepienta - dije y ella asintió.
***
Estaba en mi camino hacia las duchas, cuando estaba a punto de entrar en estas ví dos carteles. Mujeres a la derecha y... Esperen... Hombres? Yo creí que este campamento era solo de mujeres.
- Entrarás al de mujeres o hombres? - preguntó una voz masculina a mis espaldas. Me volteé para ver quién me hablaba. Quedé pasmada por tal chico, era rubio con unos hermosos ojos azules, al parecer también venía a las duchas. Al reaxionar, me dí cuenta que estaba con mi pijama puesto. Pero qué vergüenza! Tenía a un hermoso chico delante mío y tenía mi pijama de ositos panda puesto. Dios, por favor, ayúdame a no volver a ver a este chico, te lo ruego - Qué miras tanto? - Volvió a hablar el chico ribio.
- Oh, voy a entrar al de mujeres, gracias. O esperabas a que entrara contigo al de hombres? - pregunté triunfante. El chico abrió ambos ojos como platos, creo que fué una pregunta inesperada para él.
- Eh, no, gracias. Bueno, me voy a las duchas. Adios - dicho esto entró a las duchas, dejándome nuevamente sola.
Entré a las duchas y comencé con mi rutina. Solo esperaba no encontrarme de nuevo con aquel chico en la salida de mi relajante ducha.
Al terminar, cepillé mis dientes y me vestí en el mismo lugar, porque no iba a salir envuelta en una toalla y caminar así hasta la cabaña. Salí de las duchas y me dirigí a la cabaña, por suerte el chico de ojos azules no estaba en la salida de las duchas, pero me lo encontré en mi trayecto hacia la cabaña, y no estaba solo, estaba con cuatro chicos más. Comencé a caminar más rápido para que no me viera, pero por tan mala suerte que tengo, me vió, y lo peor, me apuntó, haciendo que todos sus amigos dirigieran sus miradas hacia mí. Caminé más rapido, hazta que por fin, entre a mi cabaña. Cerré la puerta y luego apoyé mi espalda contra esta, relajando mi respiración agitada. Las chicas me miraron con el ceño fruncido, seguramente preguntándose: "y a esta que le pasa?".
- Que ha pasado? - preguntó Perrie acercándoce a mí.
- Algo terrible - dije caminando hasta mi cama para luego dejar todas mis cosas sobre esta.
- Nos tienes que decir sí o sí - dijo Leigh-Anne acomodándose en su cama. Al parecer iban a escuchar mi historia muy atentas. Así que eso hice.
Me acomodé en mi cama y comencé a contarles todo, hasta el detalle más pequeño, sin que ellas dejaran de escucharme con atención y otras veces riendo.
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Holaaaaaa!!! Bueno, aquí está el segundo capítulo. Les juro que mientras lo escribía no podía parar de reír jajaja.
En el siguiente capítulo pasará algo muy interesante con Niall.
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