Serás mía. (RyoxRika Digimon Tamers).

Snow.

NARRADORA : RIKA

- No puedo hacer esto. Ademas, ahora no me apetece chocolate...
- Vale, no nos vamos a mover de aquí hasta que no bebas algo, así que tu misma.
- Esta bien - suspiré. Sabía lo insistente que podría llegar a ser. - Pero solo la mitad.

Cogí el baso de chocolate con ambas manos, mientras Ryo me lanzaba una sonrisa de aprobación. Empece a dar pequeños sorbos al chocolate. Al poco tiempo la garganta me quemaba. Diez sorbos. No puedes permitirte más.
Miré por la ventana. Hacía mucho viento y parecía que había empezado a nevar.
En realidad, podría beberme el chocolate entero. A mi cuerpo le gusta este chocolate.
Deje la taza en la mesa, y miré a Ryo dando por concluida mi comida. El suspiró.

- Al menos se que has comido algo.
- Si, gracias. Y ahora tengo que irme antes de que el tiempo empeore...
- Creo que con esta nieve no podrás ir muy lejos. Puedes quedarte aquí a dormir, si quieres - me explico Ryo, pero al ver mi mirada de reproche, añadió - En tu cuarto propio, claro.
- Está bien...Pero solo por esta vez. - susurré. Aún tenía cosas pendientes de las que hablarle.
- Vas a ... ¿Decirle a Henry lo de Alice ? - me soltó Ryo de pronto, como si supiera en que estaba pensando.
- No me corresponde a mi decírselo pero...¿No has pensado en que el bebe puede que no sea tuyo?
- ¿Por qué iba Alice a mentirme sobre esto ? Es algo bastante serio...
- Ya, y ella muy zorra. Creo que no deberías creerla sin una prueba... Es decir, ¿por qué es tuyo el bebe y no de Henry?- dije subiendo mis pies descalzos al sofá y abrazándome las rodillas - Todo me parece tan raro...

Nos quedamos en silencio un momento. Ryo se miraba sus manos temblorosas mientras yo seguía abrazada a mis rodillas. Suspiró, y de repente me dijo :

- Yo me voy a dormir. Si quieres puedes quedarte viendo la tele, o algo. Te dejaré un pijama mío en tu cama, buenas noches.

No me dio tiempo a decirle nada más, se encerró en su cuarto de inmediato. Encendí un rato la tele, sabía que si intentaba dormir no podría.

- Mientras tanto,en el cuarto de Ryo -

NARRADOR : RYO

Pasee frenéticamente por mi cuarto haciéndome la misma pregunta una y otra vez.
¿Por qué me mentiría en algo así? ¿Por dinero? ¿Por joder a Rika?
Tenía la cabeza apunto de estallar, y el mono no ayudaba mucho.

Quizá, si solo me meto un poco...

Busqué debajo de mi cama. Saqué la caja negra, y allí estaba esperándome mi jeringuilla. Me senté en la cama, y me miré el brazo. Sudores fríos recorrían todo mi cuerpo.
No puedo hacerlo.

Solo una vez mas...

Hundí la aguja en mi carne, y sentí como la heroína volvía a correr otra vez por mis venas.
Un suspiro de alivio. Es como parar el tiempo. Como si solo existieras tu.
Pero no era cierto. No solo existía yo. Llamaron a la puerta, y sin darme tiempo a quitarme la jeringuilla del brazo, Rika entró.
- Te has olvidado de decirme cual era mi habitación y ...-se detuvo al verme en ese estado, borrando la sonrisa que segundos antes tenía en la cara.

Vi como Rika se acercó a mi, y se sentó a mi lado en la cama. Con toda la suavidad del mundo me quitó la jeringuilla del brazo y la dejó en la mesilla. Aquel fue un gesto tan tierno que no se me olvidara jamás.

- Rika, yo...-empece a balbucear. No me salían palabras de agradecimiento para ella.
- No importa. No digas nada. Supongo que es tan difícil para ti dejar esto, como para mi. Pero tenemos que hacerlo, y que los antiguos Rika y Ryo vuelvan. ¿Entiendes? - me dijo tomándome de la mano. No pude evitar que las lagrimas me corrieran por la cara.
- No llores, tranquilo. Voy a estar aquí,¿vale? - me dijo acariciándome la cabeza y tumbandome en la cama. Lloré aun mas.
- Gracias...- mustié
- No importa, voy a llamar al hotel y a mi familia para explicarles que no paso allí la noche. - me dijo, y la escuche alejarse hacia el salón.

Eres un mierda. Tendrías que ser tu el que tendría que estar consolándola a ella. Das pena.

No, solo ha sido un momento de debilidad, lo voy a dejar, seré fuerte y lo dejaré...

¿Tu? ¿Qué vas a dejar tu? Si ni tienes la voluntad de aguantarte las lagrimas delante de una chica.

Cambiaré, todo sera distinto.

La gente no cambia. No ibas a ser tu la excepción.

- En casa no me lo cogen, le he dejado un mensaje de voz a mi madre... - dijo Rika entrando en la habitación, aun mirando el móvil. Estaba realmente guapa con la sudadera - ¿Estás mejor?
- Solo un poco mareado. Pero bien, gracias. - contesté enjuagando mis lagrimas en la sabana.
- ¿Qué tal el dolor de tu pierna? - me preguntó ella casi en un susurro, mirando mi pierna.
- Con eso desaparece. Pero mientras casi insoportable. ¿Has comido algo más? ¿Te apetece un yogurt?
- Ya sabes cual es mi respuesta - me contestó secamente, mirando hacia otro lado - Sabes que no puedo inflarme como vosotros, no puedo hacerlo.
- He decidido hablar con Henry - le dije cambiando de tema bruscamente, lo cual por lo que pude ver en la expresión de su cara, la desconcertó un poco
- ¿Por qué? - me preguntó preocupada - Sabes como reaccionará el..
- Lo se de sobra. Pero no podemos seguir engañándonos, ¿no crees? Pienso hacerme las pruebas que hagan falta.
- Me alegra oír eso
- No lo parece - la dije mientras sonreía - ¡Alegra un poco esa cara!
- Es que me pongo en el lugar de Henry, y debe ser horrible... - me contestó ella casi susurrando. No pude decirla nada más, el sonido de un móvil nos interrumpió. Rika se levanto y corrió a buscarlo, quedándome a solas en la habitación.

Tenía toda la razón. Sabia como reaccionaria Henry, seguramente muy mal. Se encerraría en si mismo y no dejaría que nadie lo ayudase. Aun que en el fondo es lo más normal. Lo que hice estuvo mal, pero tampoco nadie entiende mis motivos. Todo es tan difícil...

Escuche un golpe en el salón. Como si algo se hubiese caído.

Fui a ver que era, pensando que el gato ya estaba haciendo travesuras.

Todo lo contrario. Rika se había dejado caer en un sofá con la mirada perdida, y con el móvil tirado en el suelo, a su lado.

-¿Que te pasa, princesa? ¿Y esa cara? - la pregunte sentándome a su lado
- Es mi abuela... La han tenido que ingresar en el hospital... - me dijo apenas sin voz.