Capítulo 005. El Equipo Tormento

311 6 4
                                    

El jefe de los tipos raros que querían acabar con la Navidad tomó las Pokéballs que Papá Noel llevaba en su cinturón mientras amordazaba al gordito y lo amarraba fuertemente a una silla dentro de una habitación y le dijo:

-Contigo ahora mismo no se lo que voy a hacer. Pero, lo más lógico que veo que puedo hacer es dejarte aquí hasta que te mueras de hambre si lo que quiero es acabar con toda esta función que te has montado a lo largo de estos años. Te dejaré un televisor para que puedas ver en las noticias como mi plan se va desarrollando a mi gusto.

-Jefe, ¿Nos dirás ahora el motivo de todo esto? Sentimos curiosidad. –Dijo uno de sus subordinados.

-Está bien. Hace aproximadamente unos veinte años yo era un niño que soñaba con tener un Jynx en mi poder porque me parecía genial un Pokémon de tipo Hielo y que al mismo tiempo tuviese poderes psíquicos. No se por qué ahora mismo, pero a mi me gustaban mucho los de tipo Hielo y los de tipo Psíquico aunque ahora me encanten también los de tipo Roca y los de tipo Acero. Recuerdo que le pedí a Papá Noel para Navidades un Jynx un cierto día y estuve esperando con todas mis ganas a que este gordinflón llegase a casa y dejase una Pokéball envuelta en papel de regalo, que de ella saliera un Jynx. El Jynx que siempre había deseado. Pero nada, llegó la noche de Navidad, me acosté pronto para el día siguiente recibir lo que tanto deseaba obtener. Al día siguiente me levanté con toda mi ilusión a desenvolver mis regalos que habrían bajo el Árbol de Navidad y…¿Qué encontré? Simplemente unos cuantos Carameloraros, unas cuantas Pokéballs y un billete para que montase en barco hasta una isla llamada Isla Quarta situada en la región de Kanto, en la que estaba sita una cueva donde supuestamente habitaban Pokémon del tipo Hielo y en donde supuestamente habitaban Lapras, Swinub, Sneasel y por lo visto, Jynx. Fui con mis padres hasta allí aunque ya estaba desilusionado porque yo quería tener ya mi Pokémon tan preciado sin tener que ir a ningún sitio a intentar atraparlo. Pues bien, estuve merodeando por esa cueva durante horas y no me topé con ningún Jynx. Ni siquiera pude ver a Lapras. Solamente Swinub y Sneasel salvajes. Mentira, Papá Noel me había mentido. Encima de que no me dejó un Jynx como regalo, me dejó una carta asegurándome que en esa cueva encontraría a Jynx y cuando la registré no encontré ninguno. Vamos, que en fin, cogí los Carameloraros y los usé en un Onix que obtuve en mis viajes y en un combate que entablé con un chico, al salir victorioso le robé un Revistimiento Metálico que tenía que al equipárselo para que mejorase el poder de su Cola Férrea, se intercambié a mi hermano para que le enseñase dicho ataque y al recibirlo, le evolucionó en Steelix. Cuando mi hermano me lo devolvió ya evolucionado y Cola Férrea aprendido, fue una de mis únicas alegrías aquellas Navidades.

Aunque eso no fue todo, cuando yo conseguí mi Steelix, insistí en que quería volver a aquella cueva a tratar de nuevo encontrarme con mi deseado Jynx. Mi familia me acompañó nuevamente en mi búsqueda y cuando encontramos dentro una cámara en la que no habíamos estado antes, unos tipos de negro con una gran R en sus trajes llamados Team Rocket se enfrentaron a un niño acompañado de una mujer que parecía ser parte del Alto Mando de Kanto. Ese enfrentamiento provocó un desprendimiento y las grandes rocas de aquel desastre cayeron sobre mi familia sepultándola. Una piedra impactó en mi cabeza dejándome inconsciente.

Cuando desperté, envié a mi Steelix para que quitase todas esas rocas cuanto antes para intentar salvar a mi familia. Mi padre murió, a mi madre sí pude rescatarla. Pero, mi hermano… Mi hermano no apareció nunca. Ni las autoridades pudieron dar con su paradero.

Se pusieron miles de carteles de Se Busca. Todo fue en vano y tuvimos que volver a casa y con el paso de los años siempre he querido vengarme de lo que me hizo ese estúpido Papá Noel que no solo me engañó y me dejó sin mi Jynx. Sino que también tuvo la culpa de la muerte de mi padre y posiblemente de la de mi hermanito.

POKéMON N.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora