#1 Un Nuevo Comienzo

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Dos años después

-“Todo está en tu cabeza, solo tú te puedes limitar. Deja de hacerlo y podrás ¡Vamos! ¡Yo sé que tú puedes!”-

No. No puedo. Maldita sea no puedo.

Según Harry, mi doctora y mucha gente inútil del reformatorio, el estúpido libro de “autoayuda” (escrito por una mujer que ni siquiera se imagina los problemas que yo tengo y cree que porque ella paso por “una vida difícil” puede ayudar a otras personas) podría “ayudarme” a “controlar” esa “mala actitud” y ser una “mejor” persona.

Alejo la vista del libro y la fijo en los árboles y casas que pasan en un parpadeo al otro lado de la ventana de la camioneta en la que vamos; Harry va manejando, yo voy de copiloto.

-¿Y? ¿Cómo vas? ¿Ya lo terminaste?- Él es Harold, solo yo le digo Harry, lo conocí apenas llegue al reformatorio y desde ese momento ha sido mi mejor amigo, aunque aún extraño a Taylor. Tiene unos tatuajes que siempre me han encantado, sus orejas están horadadas y tiene esa pose de chico malo muy típica de un badass. A juzgar por su nombre claro, siempre le he dicho que es bueno pero a él jamás le ha gustado.

Hago una mueca -No.- Le digo sin separar la vista de la ventana.

-Venga El, normalmente devoras los libros ¿Qué pasa con este?- Lo miro con una cara de incredulidad.

-¿Es que no lo has leído? Es extremadamente estúpido, no puedo creer que enserio la gente lo lea.- Se ríe. –Preferiría darme un tiro antes de seguir leyéndolo.- Su mirada se vuelve seria.

-¡Eh! Cuidado…

-Tranquilízate ¿Quieres?, no me suicidaría por un libro como este ni aunque me pagaran por ello.- Ruedo los ojos.

-Yo sé que bromeas El, pero si la doc te escucha decir algo así…

-Ya se, me enviara directo al reformatorio otra vez.

-Ojala, hará todo lo posible por meterte en un psiquiátrico.

-Como sea, ¿Quieres apresurarte? Siento que mi trasero se aplana y tengo hambre.

-No podría hacerse más plano Elizabeth.- Lo golpeo en el brazo. -¡Auch!- Le saco la lengua y el hace lo mismo.

Somos increíblemente infantiles para dos personas que saben lo que es estar en un reformatorio. Él estuvo más tiempo que yo, que solo estuve dos años, y si para mí eso fue un martirio no me quiero imaginar cómo fue para él; se lo he preguntado y también la razón por la que lo mandaron ahí, porque él sabe todo eso de mí, pero no le gusta hablar de ello, siempre que le hago preguntas, las evita, así que mejor ya no lo presiono.

Me encanto que nos dejaran salir (obviamente condicionados) al mismo tiempo y que también lo metieran en la escuela en donde yo estaba, donde también yo voy a regresar, no podría pedir algo mejor que tener a mi mejor amigo conmigo cuando me enfrente a eso, a mis antiguos compañeros, a mis antiguos amigos, a Nathe…

-Listo, llegamos.- Harry estaciona el carro enfrente de la casa que compartiremos y atrás de él, se estaciona mi doctora, que nos siguió todo el camino, vaya sorpresa. Es una mujer extremadamente exasperante, pero se preocupa por mí, y es más de lo que mi padre ha hecho durante todo este tiempo.

-Bien, Elizabeth ¿Recuerdas tus condiciones? ¿Tú también Harold? Solo pueden salir de la casa para ir a la escuela, si les da hambre las alacenas están llenas y si quieren salir tiene que ser con mi permiso…

-Sí, las sabemos, no se preocupe doc.- Ella sonríe, nos da un abrazo a ambos.

-Chicos sé que todo esto para ustedes es difícil…- Se calla, espero que haya sido por ver mi cara de asco. –Solo quiero decirles que enserio les he tomado cariño, como si fueran los hijos que nunca pude tener.- No se ponga sentimental doc, enserio. –Les deseo suerte, a ambos.- Nos abraza otra vez. -Y Elizabeth… Mike pasara mañana en la mañana antes de que se vallan a la escuela.- Dicho esto, se va.

Learn To Let GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora