Mi nombre es... ¿02?

Carpeta de recuerdos (IV)

~Pov Normal~

— Oye cariño. — habló a su esposa que se encontraba atrás suya, y ella solo asintió la cabeza, indicándole que estaba atenta. — Puedo preguntarte una vez mas, ¿por que los estamos espiando? — preguntó por segunda vez.

— No los estamos espiando Kazumi. — movió un poco su cabeza de lado, para poder bien a las personas que estaban dentro de aquella habitación. Intentó abrir un poco más la puerta sin hacer ruido y sin que se dieran cuenta. — Solo los estamos observando en silencio entre las sombras, para saber que es lo que pasa allí dentro. — contestó con simpleza.

— Eso se llama espiar, Ryoko. — observó cansado a la mujer rubia.

— Que no, no lo es. — hizo un mohín al girarse para ver a su esposo — Además, es la primera vez que viene un chico robot para hablar con Rin y eso hace que tenga mucha curiosidad. — sonrió mostrando sus blancas dientes. Kazumi solo suspiró.

Los propietarios de la mansión Kagamine se encontraban detrás de una puerta, observando en silencio a dos personas o mas bien, robots, que hablaban con tranquilidad (aun que el señor fue obligado a mirarlos por parte de su esposa). Al parecer, hoy vino un chico en la mansión preguntando por la robot mas joven de la mansión, que actualmente se encontraban platicando.

— ¡Oh my god! — susurró bastante fuerte y golpeaba fuertemente el brazo del castaño con mucha emoción, como si estuviera viendo alguna serie de televisión — ¡El chico apoyó su mano a la mejilla de Rin! — reprimió un pequeño grito que le causaba emoción aun golpeándolo del brazo.

— Si, si ya lo estoy viendo, no hace falta que me golpees.

—Vaya, vaya, a si que ese robotito esta interesada en nuestra Rin. — dijo con picardía e ilusionada.

— Sabes que a nuestro hijo no le va gustar eso. — comentó el mayor preocupado — Te acuerdas, cuando Rin tuvo que ir a comprar ingredientes para la cena de el año pasado y Len solo tenía 11 años ¿no? — la mayor solo asintió con la cabeza, sin apartar su vista de los androides — Pues el dependiente que trabajaba en el super mercado tuvo varios problemas con nuestro hijo por culpa de sus celos. Rin tuvo que llamarnos por el gran lío que hizo el pequeño. — suspiró recordando el masacre que hubo en el mercado.

— Neeh, si no se entera, no pasará nada.

— ¿Enterarme de que, mamá? — se escuchó una voz fría detrás de ellos, haciendo que los dos mayores se girarán con temor.

— Oh, hijo. — Kazumi se acomodó correctamente mientras aflojaba nerviosamente la corbata roja que traía. — ¿Cuando llegaste?

— Llegué hace un rato papá. — contestó con simpleza encogiéndose de hombros y metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones. — Pero pregunté una cosa y no me respondisteis. Así que preguntaré una vez mas. — dirigió su mirada hacia su madre — ¿Que es lo que no tengo que darme cuenta?

— Nada. — la rubia se levantó de su sitio rápidamente y agarraba el pomo de la puerta para cerrarla lentamente sin que se diera cuenta, pero el mas pequeño se percató de ello.

Len frunció el ceño al ver como su madre hacía un movimiento muy sospechoso. — ¿Quien esta ahí dentro? — señaló la puerta que estaba detrás de sus padres.

— Nadie. — contestó su madre con una sonrisa, causando que Len solo rodara los ojos y sacará un suspiro de su boca.

— Entonces si que hay alguien allí dentro.

— ¡Dije que no hay nadie aquí dentro! — el pequeño rubio rodó una vez mas los ojos.

— Madre déjame entrar, por favor. — pidió educadamente con una voz tranquila, pero por la forma en que la ha llamado se sabía perfectamente que estaba enfadado.