Capitulo 1 - "El Último Nacimiento"

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Los Shirton eran conocidos en Rest street por su numerosa familia. Ms. Shirton, una mujer viuda, ya tenía un numero de diez hijos. Nadie sabía como era que Ms. Shirton tenía tantos hijos, su esposo había sido constatado como muerto hacía ya cinco años, y desde entonces tres niños más habían nacido, sin contar el que ahora llevaba en vientre. Mr. Shirton había muerto en un choque, su cuerpo se encontró completamente calcinado y, como su acostumbraba, para quitarse el caso de los hombros, las autoridades señalaron al muerto como Eduard Stephen Shirton.

El funeral no fue realizado. Las cortinas de los Shirton se tiñeron de negro por varios días. Nadie los volvió a ver hasta luego de dos semanas. De los diez hijos, los primeros tres desaparecieron, ante los ojos de sus vecinos, cada uno un año después del otro luego de la trágica perdida.

Muchas veces Ms. Shirton se vio obligada a fingir llantos y jadeos llenos de desgracia y pena frente a las vecinas falsamente angustiadas que se acercaban a ella como pirañas. Mientras ella relataba aquel cuento ensayado cientos de veces en el oscuro sótano, aquellas mujeres llenaban su cara de angustia y con un asentimiento demostraban su condolencia.

Rumores se habían expandido por las calles, relatando hipótesis acerca de la familia Shirton. Muchas decían que Ms. Shirton dormía con un anciano adinerado que le pagaba muy bien, y con esas ganancias alimentaba a sus restantes siete hijos. Pero ellos no conocían la verdad...

Mr. Shirton no había muerto.

Como pocos sabían, Mr. Shirton trabajaba en una morgue. Una tarde cuando un cadáver con su misma talla y altura llego, Mr. Shirton sintió que sus plegarias habían sido respondidas. Espero, paciente, por varios días. Cuando el cuerpo no fue reclamado, decidió que era el momento y cuando todos se hubieron marchado, metió el cuerpo en una bolsa y lo llevó a su auto.

Ya llevaba tiempo planeando junto a su esposa lo que harían. Decidieron que el martes por la noche lo dejarían en la avenida principal, totalmente calcinado. Todo esto era por un ascenso. A Mr. Shirton le habían ofrecido un trabajo en el ministerio, pero no cualquier ministerio.

Los primeros días la chimenea del sótano era perfecta. Con las visitas, Mr. Shirton se encerraba tras una puerta oculta tras los estantes, allí también dormía cada noche. Por las mañanas se acercaba a la chimenea, con su traje y su maletín, y desaparecía entre las llamas. Las cortinas se mantenían cerradas para que así él pudiese moverse con comodidad dentro de la casa. Mr. Shirton solo podía hablar a través de susurros, y los gritos se le prohibían. Luego de dos semanas con ese estilo, la despedida se realizó y Mr. Shirton se fue.

Ahora, tal vez te cuestiones el por qué de tanto preparativo para marcharse...

Mr. Shirton era un mago, al igual que sus hijos, o que la mayoría de ellos, pero Ms. Shirton era un ser humano común, como tu. Para evitar las dudas respecto a su desaparición, ya que las personas se cuestionarían por qué su vecino dejaría la rutina diaria y desaparecería, Mr. Shirton decidió que dejar de existir era lo mejor.

Un mes después de la instalación de Mr. Shirton en su nuevo mundo, nació el hijo esperado, el menor, ahora, de once hermanos.

Christopher Elliot Shirton fue el niño que acabó con la vida de Ms. Shirton.

Al principio se lo calificó, entre los que conocían la familia, como "otro nacimiento", pero, al enterarse de lo sucedido, la opinión de todos cambio.

Grande fue la pena de Mr. Shirton al no poder concurrir al funeral de su difunta esposa. Los tres hijos mayores regresaron y la joven Emilia, segunda hija de Ms. Shirton, decidió abandonar sus estudios para cuidar al nuevo miembro.

El niño nació débil, los mismos médicos lo nombraron como «el milagro del cielo».

Y, ¿cómo se yo todo esto? Soy el último nacimiento.

INHERITORE _ Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora