Capítulo 8

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Sintió como la música le entumecía los sentidos, como si de magia se tratase. Se dejó llevar por la balada que sonaba en aquel momento. Era una mezcla entre punk e indie rock, no estaba segura. Se fijó en el cantante de la banda, que a la vez tocaba la guitarra eléctrica. No lo alcanzaba a ver bien, pero solo estaba segura que su voz le hipnotizaba y le relajaba.

Se percató de que al público también le gustaba aquella banda, aunque solo fueran los teloneros, desprendían magia. Los Greeners tocaban un rock más fuerte, que hacía que la adrenalina corriera por tus venas. Estos te embriagaban con cada una de las notas que creaban.

Izzy salió de su ensoñación cuando se dio cuenta de que Alice, que se encontraba a su lado, rebuscaba en su chaqueta intentando encontrar algo. Sacó de ella dos botellines de cristal que nada más verlo, supo lo que era.

-No puede ser...- Dijo Izzy con la boca abierta.- Alice, ¡¿te has traído alcohol?!

-¿Qué? Si íbamos a ir a pasárnoslo bien, teníamos que completar la fiesta con algo más, ¿no?- Respondió ella con una sonrisa, mientras le pasaba a Bruno una de las botellas.

-Madre mía, como nos pillen... Estamos muertos.

-¡Dejate de idioteces, Izzy, y pásatelo bien!- Gitó Bruno mientras le pasaba una botella que cogió ella no con mucho convencimiento.

Izzy la abrió y pegó un trago largo. Le gustaba salir de fiesta con sus amigos y bebía de vez en cuando,(aún recordaba la última resaca que tuvo después de ir a la discoteca con ellos). Pero odiaba saltarse las normas y se sentía mal al saber que las estaba incumpliendo; pero a pesar de eso, posó la botella en sus labios y la inclinó volviendo a tragar más. Se sintió un poco mareada y el alcohol le arrasaba la garganta, produciéndolo ardor; pero le gustaba aquella sensación, haciendo que las emociones se duplicaran y le dejaran llevar.

-¡Enhorabuena, acabas de dar tres tragos de Tequila seguidos!- Exclamó Bruno.- Joder, ni yo mismo. ¡Me tienes impresionado!

Izzy ignoró el comentario y decidió seguir escuchando el concierto. Le encantaba. Su pulso iba al ritmo de aquella canción y su cuerpo se mecía de un lado a otro. Cuando ese grupo llamado Winter Soul terminó la canción la gente gritó descontrolada, señalando que les había encantado.

-¡Hostia, son geniales! -Dijo Alice.- ¡Para ser teloneros están de puta madre!

Bruno y Alice seguían bebiendo sin límites, acabándose la botellita entre los dos. Fue extraño, porque los teloneros,al terminar esa única canción, salieron del escenario dejada por concluida su actuación. El público se quedó extrañado, preguntándose por qué solo habían tocado una canción. Aun así, volvieron a revolucionarse en cuanto sus ídolos aparecieron a través de la densa niebla del escenario. 

A los Greeneres siempre les gustaba sorprender a su público y aquello conllevaba que cientos de personas gritaran de locura y tiraran al escenario prendas como sujetadores o calcetines. La fama podía llegar a ser peligrosa, pero ellos parecían pasar de lo que sus fans hacían y se lo tomaban todo con buen humor. Nada más instalarse en el escenario, la batería y la guitarra eléctrica empezaron a sonar. Izzy gritó de emoción, mientras que Bruno se llevaba la botella a la boca para seguir bebiendo. Alice cogió de la mano a Izzy y le empezó a agitar el brazo expresando la emoción que llevaba dentro. Los focos eran de un color azul eléctrico que alumbraba todo el extenso público y junto con la niebla, le recordaba al videoclip de Thriller. Empezaron a cantar y la adrenalina se disparó. 

La primera canción, ( https://www.youtube.com/watch?v=zpVX29Xoa1s ) hacía que las paredes retumbaran, acompañado de la tremenda voz del vocalista al que llamaban Green.

Izzy no recordaba el tiempo que habían estado allí, escuchando cada una de las canciones del nuevo disco de sus ídolos. Tampoco midió la cantidad de alcohol que estaban tomando, pero cuanto más bebía, menos le importaba.

Alice aún era consciente de sus actos y podía hablar de forma coherente pero Bruno parecía ser el que peor se encontraba de los tres. Se tambaleaba de un lado a otro y ya no parecía ser consciente ni de lo que decía ni de lo que escuchaba. "Mierda", pensó Izzy.

-¡Soy gay! -Gritó él de repente.

-¿Qué? -Dijeron a la vez Izzy y Alice.

-¡SOY GAY! ¡¡SOY GAY!! ¡Y NO ME AVERGÜENZO DE DECIRLO! ¡ME GUSTAN LOS CIMBRELES!

Las dos miraban atónitas a Bruno, mientras él seguía gritando que era gay. La primera en reaccionar fue Izzy,  

-¡Alice, Bruno está fatal, tenemos que llevarlo fuera a que tome un poco de aire!

-¡Sí, tienes razón! ¡Quédate ahí que me lo llevo fuera un rato!

Ambas observaron que unos metros a la derecha de donde estaban situadas, había una puerta donde ponía Exit que parecía no estar vigilada por ningún guardia. Alice no tardó en coger a Bruno por un brazo y arrastrarlo a aquella dirección.

-¡Espera, Alice! ¡Yo también quiero ir!

-¡Ni de coña, tú te quedas ahí, que te mereces disfrutar el concierto! -Gritó Alice justo cuando salía por aquella puerta.

Izzy se extrañó bastante, ya la organización de todo aquello le parecía un poco sospechosa. Habían podido entrar alcohol sin ningún problema, los teloneros solo habían tocado una canción, haciendo así que el concierto fuera más corto y se podía salir de allí sin ningún problema, ya que no había ningún segurata vigilando nada.

Estuvo casi media hora sola, esperando a que sus amigos volvieran. Pero no volvían. Unos chicos algo mayores, no muy lejos de ella, la empezaron a observar con una sonrrisita que no le gustó ni un pelo. No podía tener miedo de que le pasara nada, ya que en esos casos siempre había vigilantes rondando por ahí, por si había algún conflicto. Pero no había nadie. En ese momento, los Greeners anunciaron que iban a hacer una pequeña pausa y que en quince minutos volvían.

Izzy aprovechó aquello para decidirse a salir de allí. "A la mierda, me voy a buscarlos", se dijo así misma. A pesar de estar muy mareada y no enfocar bien la vista, pudo salir de aquel sofocante calor y ruido que le abrumaba. 

Esa puerta le llevó a unos pasillos que parecían interminables, llenos de puertas y carteles. No recordaba nada más, solo que avanzaba lentamente por el pasillo llamando a sus amigos. Nadie respondía. Le pareció ver unos ojos verdes antes de caer al suelo desmayada. 

Después lo vio todo negro.



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