Ruidos, voces. Escuchaba palabras sueltas, que no tenían ningún sentido para ella, como si le intentaran decir algo pero ella no pudiera entender su significado. Lo siguiente que notó fue la superficie dura y fría en la que estaba sentada. Su garganta estaba seca, por lo tanto, solo pudo emitir una especie de quejido que hizo que la voz que oía volviera a sonar.
Entonces abrió los ojos. Primero solo vio una serie de siluetas borrosas, hasta que su vista se fue acostumbrando y pudo percibir con más claridad lo que se hallaba delante de sus ojos. Estaba en una habitación bastante pequeña, con mesas, libros y algunos instrumentos. No estaba sola; un chico con unos ojos verdes preciosos se encontraba agachado delante de ella. "Así que esto es el cielo...", pensó ella.
-¡Chica, despierta! ¿Estás bien?
Ahora había entendido perfectamente lo que había dicho y eso le hizo reaccionar y darse cuenta de que estaba tirada en el suelo, con la voz ronca y apestándole el aliento a alcohol.
-Joder bien, menos mal que estás viva. Dime tú que hacía yo con una niña medio muerta por los pasillos. -La voz del chico de los ojos impresionantes era suave, pero parecía estar un poco ronca.
-¿Qué?... ¿Qué hago aquí?
-No sé, te vi por los pasillos dando vueltas y gritando y te caíste al suelo al pasar por delante de mí. Lo típico que te encuentras cada día, ya sabes.
-Mierda, no me acuerdo de casi nada.
-¿Eres consciente de que si te pillan borracha andando por ahí te podrían haber echado del concierto? No sé si te has metido en la zona privada para conocer a tus amiguitos los Greeners, pero esto solo está reservado para músicos o personal que ayuda en los conciertos.
-¿Zona privada? Si no había nadie vigilando la puerta...
-No me extraña, con los los imbéciles que trabajan aquí no creo que seguridad sea lo que mejor haya. Da gracias a que no los he llamado, así que he tenido que arrastrarte hasta aquí para que no te vieran. -Hablaba con un tono irónico y parecía divertirse con aquella situación.
-¿Y tú quien eres, si se puede saber? -Dijo ella.
-No soy nadie. O al menos es así como te tratan cuando no eres más que una mierda. -Dijo él torciendo una sonrisa.
-¿No serás músico? -Preguntó. No parecía ser uno de los empleados que trabajaban allí y por su atractivo deducía que era algo más.
Él seguía arrodillado en el suelo y miraba a Izzy como si fuera una niña inocente que se había perdido. Sonrió al ver como la chica insistía en saber su identidad. Éste afirmó con la cabeza.
-¿¡No serás uno de los teloneros!? Winter Soul y...
-Creo que deberías irte. -Dijo él de repente y se puso en pie, pensando que no podía estar perdiendo el tiempo de aquella forma.
Se pasó las manos por el pelo castaño haciendo que se le despeinara más de lo que estaba. Miró a Izzy, esperando una respuesta.
-Sí, lo siento... Por tantas molestias. Estaba buscando a mis amigos, ¿sabes donde puedo preguntar? Se salieron del concierto y no sé adonde han ido.
-Gira a la izquierda, al final del pasillo están las puertas que dan al exterior. Pregunta ahí. -El chico de los ojos verdes se dispuso a marcharse. -Buena suerte.
-¡Espera! -Dijo ella antes de que éste pudiera empezar a caminar. -¿Cómo te llamas?
Él se giró y la miró directamente a los ojos. Sonrió.
-Vicent.
Se marchó caminando. Entonces Isabella lo vio todo claro. Era el cantante de los Winter Soul, lo sabía. Pero a parte de eso, ya lo había visto a él en otro lugar, unos días antes, para ser más concretos. En la cafetería que había ido con Bruno. Él era el chico que se encontraba en un rincón y que tanto le había llamado la atención. Sonrió para sus adentros al recordarlo.
Izzy siguió las indicaciones hasta que llegó hacia las puertas principales del edificio. Se dio cuenta de que los Greeners seguían tocando pero lo principal era encontrar a sus amigos. Llamó a Alice, pero no contestaba, seguramente tenía el teléfono apagado. Decidió ir hacia uno de los guardaespaldas que se encontraba al lado de las puertas, dispuesta a hablar con él.
-Hola, perdone, ¿ha visto a dos chicos salir por aquí? Una chica era morena y bajita y el otro era...
-¿Pelirrojo? No me hable más de esos gilipollas. El pelirrojo iba ebrio, incumpliendo la norma de prohibido pasar con alcohol al concierto. Lo peor es que ha agredido a uno de los trabajadores de la limpieza que se encontraba por los pasillos. -El hombretón parecía estar enfadado.- Así que si estas buscando a la niña y al pelirrojo que sepas que están detenidos por incumplimiento de las normas y agresión. Bien merecido se lo tenían.
Izzy sintió que se mareaba. No. No podía estar pasando esto.
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Corazón de Música.
Teen FictionSe podría decir que Izzy no tenía una vida perfecta, vivía en un mundo lleno de prejucios, desilusiones y gente tóxica. No todo le sale como cabría esperar. Hasta que todo cambia el día que decide ir a un concierto haciendo que su vida diera un vuel...