Me he quedado toda la noche hablando con una amiga de Beth, y dice que es muy cerrada, inalcanzable. Nunca ha estado con un chico y, según su amiga, no esta interesada. Está aterrada por el hecho de que hoy en día hasta mis amigos andan con cualquiera. En fin, no dormí nada y se me hizo tarde para el colegio. Tendré que tomar el tren.
-Buenos días, pequeños compañeros.
-Sientate, Beth, llegas con 20 minutos de retraso.
-Perdona profesora.
-Claro, ¿Donde está tu mochila?
-Oops, la dejé en el tren, no tendré que hacer nada por hoy.
No puedo más, tengo que hablarle, pero, ¿Que le digo? Maldita sea.
*La campana del recreo toca*
-Tim, ¿Que hay?
-Nada, una clase aburrida, demasiado. Hoy saldré con Karen, me encanta su perfecto cuerpo de barbie.
-Oh, sales con ella... <Dije, triste, al saber que Beth ni siquiera sabe de mí. >
-Pues sí. Hey, ¿ha pasado algo con botitas? Ya sabes, ¿Le has hablado?
-Claramente no. ¿Y que es eso de ''botitas''?
-Calmate viejo, sólo un apodo. No estas de humor, ¿Huh? Te veo luego, adiós.
No quiero tomar el tren, el día está nublado, caminaré de vuelta a casa. Pienso en ella todo el tiempo, su sonrisa, su pelo, sus ojos, incluso una vez he escuchado su risa, hermosa. Estoy dentro de mis pensamientos cuando siento un golpe y carcajadas detrás de mí. Me doy la vuelta y de sorpresa, en quien estaba pensando se encuentra allí. ¿Voy o no?... Sí, iré. Quizás tengamos una conversación. Me acerco y la veo recostada en el piso.
-¿Hola? ¿Estas bien? <Le dije intentando contener la pequeña sonrisa que me provocaba tenerla cerca>
-Em, sí, no he pedido ayuda, ¿O tu me has escuchado haciéndolo?
-No, lo siento, es que había escuchado un ruido fuerte.
-Espera, tú eres el de mi clase. Uhm, uhm... James, sí.
-Claro, ¿Como sabes mi nombre?
-Oh, mi amiga me ha hablado de ti, eres guapo, la verdad. <En ese momento me sonrió y me hizo demasiado feliz.>
-Bueno, tu eres muy bonita.
-Ok, ¿Por qué sigues hablandome?
-No lo sé, mejor me voy.
-Adiós
Oh, estúpido. Llegué a casa y lo menos que quería hacer era comer. Evité la familia y subí a mi habitación. Todo está pálido, más que siempre, debe ser por la lluvia. De todos modos, lo único que haré en todo el del día será escuchar música y deprimirme.
Todo el día pasó y dormí lo necesario para no hacerlo a la noche, sigo tirado en mi cama desde que me desperté.
Se han hecho las 9 y es hora de cenar, no quiero bajar pero moriría de desnutrición, hace 2 días y medio no como.
Como siempre, mi hermana, mi madre y mi padre siendo una familia feliz, mientras yo intento acercarme a una chica.
-Jammie, cuentanos de tu día, pedazo de cielo. <Dijo mi madre con voz estúpida>
-Primero, no me digas así, tengo 16 años, no 6. Y segundo, no gracias, paso. Mejor que Amy cuente que ha comprado condones sabor cereza y que, planea fugarse con su novio para tener sexo hasta en el piso.<Me molesta que a mi hermana la dejen hacer lo que quiera, y a mi no. Me tratan como un niño. Escuché a papá reír.>
-Maldito bastardo...
-James, ve a comer a tu cuarto, y piensa en lo que dijiste.
-Con gusto. Y gracias, ese es mi nombre.
Subí las escaleras y me encerré. Limpiare mi colección de vinilos hasta que me de sueño. También saldré por la ventana y me sentaré en el techo, me ayuda a pensar. Al hacerlo, mi teléfono sonó.
-Hola, ¿quien es?
-Hey, soy Tim. Estoy con Max en la tienda y adivina quien está aquí.
-No lo se, ¿Obama?
-¿Eh? No, botitas. Compra pulseras y maquillaje.
-¿En que clase de tienda están, maricas?
-Pudrete, ¿vienes o no?
-Claro que no, ¿por qué iría?
-Para hablarle, besarla y sabes, uhm-uhmm.
-Vete al diablo viejo.
Estúpidos, iré a dormir.
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Simplemente ella.
Подростковая литератураJames Dallas es un adolescente normal, no hace nada fuera de tono. Demasiado aburrido, así lo describirían todos. Él, por su cuenta, ha observado de cerca a la chica que es todo lo contrario a él; Beth Collings, la mas rebelde del instituto Bellric...