Simplemente ella.

Capitulo 8.

Busqué a Beth entre la multitud y llegué a verla junto a su nuevo ''amigo''. Empujé a todos en mi camino, furioso, hasta que estuve exactamente a 2 pasos de distancia. La fulimné con la mirada y le hizo una seña a su compañero, diciendo que espere. Se acercó a mí y comenzamos una caminata.

-Beth, seré directo.

-Dilo ya.

-¿Estás engañándome con él? <Le señalé con la cabeza a Daniel. Giró su cabeza y lo observó. Esbozó una sonrisa y rió>

-¿Es lo que tú crees?

-Bueno, pues...

-¿Pues qué? <Cambió su tono divertido a tono furioso. Es tan confusa.>

-Es lo que me han dicho.

-Es lo que te han dicho, ¿huh? <Comenzó a caminar alrededor mío con los brazos cruzados y observandome de arriba a abajo. Se planteó frente a mí, sonrió, miró al piso  y mordió su labio, para terminar sus movimientos levantó su cabeza y me miró.> Es lo que te han dicho...

-¿Lo niegas? ¿O no?

-Mira, sólo hemos estado fumando juntos y pegándole a niños menores, nada más.

-¿Por qué no lo haz hecho conmigo? 

-Porque me he aburrido un poco de ti.

-¿Qué?

-Que tendrías que ir pensando en hacer que me interese en tí otra vez, ¿recuerdas los 4 pasos? 

-Sí, los recuerdo.

-Hazlo otra vez. <Me dio una palmada suave en el cabello y volvió a donde estaba antes de la conversación.

No lo podía creer. 3 meses habían pasado, 3 meses, desde que hice esos 4 malditos pasos, ¿y ahora me dice que perdió el interés en mí? ¿Qué demonios? Es demasiado complicada y creo que nunca la llegaré a entender del todo. Sus pensamientos podrían matarme en un sólo segundo, y ni hablar de sus palabras. Siempre que largaba una oración en contra de alguien, esa persona caía devastada y no entiendo cómo no se podía sentir culpable nunca. Hacía vidas miserables y no se arrepentía. Sí, quizás a mí también me tomen de matón en el instituto por salir con ella pero, no me comparaba en nada; Su alma fría y sin amor no sentía nada, siquiera si le decías que su madre acababa de morir, nada. Debe haber alguna manera de cambiar eso, debe haberla, sólo que, ¿cuál? A los 25 años ya no tendrá ni amigos, ni conocidos, ni nada. Sólo relaciones desastrosas que se basan en empujar a personas inocentes a lagos o robar gasolinerias, por lo tanto, también sería para su propio bien el encontrar la cura para ese corazón de serpiente. 

Tomé mi mochila y me la cargué al hombro, sin ánimos de nada.  Caminé a casa y al llegar me desarmé en mi cama llena de fotografías de ella. Mañana empezaría mi plan, mañana. 

Bajé las escaleras rápidamente y cogí mi chaqueta negra, para luego ponérmela y guardar las llaves del auto en mi bolsillo. Estaba a punto de cruzar la puerta cuando escuché un ''Ah-aah'' detrás de mí. Sí, mi madre.

-¿A dónde crees que vas, jovencito? <Secó sus manos con el repasador a cuadros que tenía sobre la mesa y  las posó en sus caderas.>

-Sólo iba a visitar a unos amigos. 

-¿A ésta hora?

-Sí, están ensayando para su... <No sabía que decir, estaba nervioso. No iba a contarle que iba a fumar marihuana con mi novia para que se interese otra vez en mí, ¡Demonios, no!> BANDA.

-¿Banda, huh? Dime cómo se llama la banda y te dejaré ir sin problemas.

-SubTrain.

-¿SubTrain?

-Exacto, SubTrain.

-¿Qué estilo tocan?

-Demonios mamá, ¿quieres saber todo?

-Sí, exacto.

-Tocan grunge, ahora, si me disculpas... 

Pude salir sin preocupaciones y me dirigí a casa de Beth. Al llegar, tomé un par de rocas y las arrojé a su ventana, haciendo que ella saliera con cara de molesta y de brazos cruzados. Me observó y levantó una ceja, en señal de que sus pensamientos decían ''dí algo importante o lárgate de aquí''.

-¡Beth!

-Di algo importante o lárgate de aquí. <Lo sabía, lo sabía.>

-Quiero que vengas conmigo.

-¿A dónde quieres ir? ¿A un hotel costoso y ''hacer el amor'' allí mientras tomamos champagne y tiramos rosas al aire?

-No, ven conmigo y te muestro.

-Más te vale que sea bueno. 

-Lo es.

Estuvo en el auto junto a mí en menos de 5 minutos. Traía unos jeans negros con unas botas del mismo color, y una remera de gasa igual. Un poco de maquillaje sobre su rostro y ya era la persona más hermosa de todas. En realidad, lo era. 

Estacioné el auto frente a un olvidado hotel y bajé. Ella me siguió dentro y subimos los escalones rechinantes hasta llegar a una habitación con graffitis llenando las paredes y los fierros de una olvidada cama sin colchón.

-¿Qué vamos a hacer aquí?

-¿Tú qué crees?

-¿Fumar?

-Además de eso.

Me acerqué a ella y comencé a besarla. Al principio fue suave pero luego se fueron subiendo de tono, hasta que estuve sobre su cuerpo. Pasaba las suaves manos que tenía sobre mi cabello mientras yo acariciaba su cintura. Saqué su remera y la arrojé a un lado. Llevaba un corpiño negro, como ella, hasta en eso es oscura. Observé sus pechos y rió, atrayendo mi boca a la suya otra vez. Retiró mi remera, luego yo su pantalón, ella el mío y luego estábamos completamente denudos. Pasó lo que tenía que pasar, sólo que ésta vez fue incómodo porque el piso estaba algo frío, pero me dio igual, al sentir el calor de su cuerpo. contra el mío. Al terminar nos tapamos con mi chaqueta y nos quedamos acostados en el piso, mirándonos el uno al otro. Me acerqué a su cuello lentamente e hice un trasado de suaves besos hasta su hombro. Escuché una pequeña risa y me separé. Me puse de pie y comencé a ponerme la ropa. Su cara estaba entre satisfacción y confusión. 

-¿Recuerdas? Paso 1, romper las reglas. Tomé el auto de mi padre para venir hasta aquí.

-Sí, sí lo recuerdo. <Sonrió al piso> Ven, quédate.

-Un paso por vez.

-Entonces, hemos terminado por hoy. <Su cara cambió completamente y volvió a su maldita cara de siempre, de ''cero amistad''. Se levantó rápidamente y en menos de un instante estaba vestida.Volvimos al coche y la dejé en su casa. La despedí con un largo beso y quedé parado frente a su acera esperando ver que entre. Volví a mi hogar, dejé las llaves, la chaqueta, y me tiré otra vez a mi cama. Un paso por vez.