Te conocí a través de ella

Las flores florecen solas

Manejaba por una carretera tranquila y con apenas algunos coches transitándola en su camino al aeropuerto de Icheon, con la música de la radio sonando a un volumen moderado y sus dedos en el volante tamborileando al ritmo de la melodía.

Su buen humor seguía sin esfumarse gracias a que Choco había estado ocupando horas de su atención con juegos divertidos y trucos fallidos, ahora la pequeña estaba recostada en el asiento trasero del auto durmiendo de tal modo que las personas pensarían que era un lindo peluche peludo.

La miro por el espejo retrovisor y sonrió ampliamente. Faltaba poco para llegar y sabía que tendría que bajarla también a saludar a Sook Yon.

Vaya, aquello sí que era una coincidencia, quizás una jugarreta de la vida el que el mes que pasaría en Italia se redujera a unos días que pasaron como el agua de un rio agitado. Incluso podía ser un castigo por haber intentado olvidarse de su novia.

Aparto esos pensamientos apenes divisar la entrada del aparcamiento del aeropuerto, era tiempo de buscarla e intentar compensar lo idiota que estaba siendo en su relación. Sook Yon no merecía lo que sea que estaba haciendo.

Las personas se giraron a verlo en cuanto se mezcló entre la multitud, solo un par se detuvo para pedir su autógrafo y luego de eso solo tuvo la atención de algunos cuantos mientras esperaba. Le echó un vistazo a su reloj de muñeca y silbo sorprendido, había llegado justo a la hora, demasiado puntual quizás. Anunciaron casi enseguida el aterrizaje del vuelo donde estaba Sook Yon, en cuestión de minutos los pasajeros estaban bajando y buscando su equipaje, luego HyukJae miro a Choco y sonrió.

-No tardara en vernos- dijo a su mascota inquieta, y regreso la vista al frente en el mismo momento en que la modelo apareció.

Sook Yon lucía una falda hasta la rodilla café oscuro, la delgada blusa rosa pastel se ajustaba perfectamente a su figura esbelta, y en la cabeza llevaba un simpático sombrero. Ella miraba a todas partes inquieta, jugando con sus dedos mordiéndose los labios nerviosa; Eunhyuk pensó en la vez que se conocieron y le fue imposible no sonreír con aquel recuerdo, ese día también parecía perdida.

Choco soltó un ladrido y entonces capto su atención, al menos le había ahorrado el tener que gritar y que medio aeropuerto se enterara de que había ido a ahí a recogerla.... Aunque no entendía porque le preocupaba tanto que la gente lo supiera, después de todo ya había sospechas de ellos, y hasta ahora nadie se oponía.

-¡Hyuk!- exclamo lanzándose a sus brazos.

El pelinegro no podía corresponderle con Choco entre ellos, asi que solo se limitó a sentirla cerca y escuchar como sonreía en su oído. ¿Cómo habría sido de diferente esa escena si fuera Donghae en su lugar? >>No. El me habría obsequiado un puntapié y una maldición antes de venir a tirárseme encima<< pensó con una diversión agria, y solo fue consciente de que reía cuando los ojos color miel de ella aparecieron fijos en los suyos con una expresión de sorpresa.

-¿Qué es gracioso?

-¿Eh?.... ah, esto... nada, solamente me perdí por un momento.- dijo nervioso, reprendiéndose internamente por tener pensamientos con el castaño.

-¿Estas feliz de verme?

>>¿Lo estoy?<< -Claro. Es decir, no nos vemos ni hablamos hace mucho.

Sook Yon no parecía convencida, de hecho juraría que diviso una sombra de decepción en su mirada, pero  esta se esfumo tan rápidamente remplazándola con otra enorme sonrisa.

-Trajiste a tu mascota. ¿Cómo estas Choco?- se dirigió a la bola de pelos café quien solo sacaba la lengua sin inmutarse.

-Vayamos al coche, debes estar cansada por el viaje.